Escenario bélico no, guerra

Si tuviéramos que quedarnos en Afganistán hasta que estuviera garantizada "la seguridad del país, de la región, la seguridad global y la seguridad de los españoles" como ha dicho Zapatero, no podríamos irnos nunca. No es así, y no será así, Zapatero lo sabe perfectamente aunque la mala conciencia por su "espantada" de Irak, como le recordó la oposición, le lleve ahora a exagerar la nota. Hasta Obama le ha puesto fecha de caducidad a la retirada de sus tropas, en julio de 2011, y además de ser el que más tropas y más muertos ha puesto, Estados Unidos es el primer agraviado de la lista. La guerra de Afganistán, conviene recordarlo, es por el 11-S americano, empezó hace nueve años en respuesta a los atroces ataques terroristas de AlQaeda contra Washington y Nueva York.

   De fechas se hablará la semana que viene en la cumbre convocada al efecto, pero  que "los buenos" estamos de retirada y que van ganando "los malos", con perdón por la simplificación, es más que evidente. Tan evidente como que nuestras tropas están en medio de una guerra y que cuando les toca morir mueren y cuando tienen que matar matan: como en todas las guerras, aunque el Gobierno se empecine en el eufemismo de que están en misión de reconstrucción y a lo más que llegase ayer el presidente haciendo un esfuerzo ímprobo fuera a aceptar que nuestros soldados trabajan "en un escenario bélico"

   Nueve años y noventa y tres muertos después llamar a las cosas por su nombre parece lo menos que se puede pedir al responsable de que nuestras tropas fueran y sigan en el avispero afgano, y ese no es otro que el presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Con total legitimidad, me apresuro a decir, y con no pocos apoyos populares también. El es el único que puede adoptar esta decisión. Pero, que no nos venga con el cuento casi de chiste de Mis América de que nos vamos a quedar, de puro buenos, hasta que se haga la paz en el mundo. No. En democracia quien tiene el poder tiene la responsabilidad, en este caso la responsabilidad de informar a la opinión pública de la verdad. Y la verdad de Afganistán es que estamos en una guerra, sufriendo y provocando los daños colaterales que toda guerra lleva aparejada pese a la buenísima voluntad y la capacidad de empatía de nuestras tropas con la población civil, y que allí seguiremos hasta que Estados Unidos (hay que lavar "la espantada" de Irak) nos deje marcharnos.