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Más o menos sé cómo se pronuncia Van Rompuy

Más o menos sé cómo se pronuncia Van Rompuy

sábado 30 de octubre de 2010, 13:58h

He estado de domingo a martes en Bruselas. Dos horitas de avión y llegada a aquel inmenso aeropuerto. Se trataba de la 54 reunión de la Cosac que es la cita semestral de todos los parlamentos de la Unión Europea con la asistencia de los representantes de países observadores (Serbia, Croacia, Albania, Turquía…) y con 23 cabinas de traducción simultánea. En definitiva, Europa en estado puro. Lo usual, lo inconcebible en el Senado.

Bruselas es la capital de esta Unión, pero también es un país en crisis y achuchado por sus dos grandes comunidades, como es la valona y la flamenca y una minoría alemana. Como país de la Unión le toca ahora la presidencia semestral que dará paso a la húngara a partir de enero. Y con una peculiaridad. Tienen un gobierno en funciones, ya que ponerse de acuerdo sobre la descentralización les está costado muchísimo a los negociadores tras las últimas elecciones, pero tienen al frente del Consejo de la Unión a su antiguo primer ministro Herman Van Rompuy quien con el primer ministro belga, Ivés Leterme van sacando la presidencia aseadamente en momentos en los que se pone en marcha el Tratado de Lisboa siendo la primera vez que en una reunión de la Cosac venía el presidente del Consejo Europeo.

    Éste es un señor alto, delgado, con cara de ratoncito, nada dado a la alharaca, que hace su trabajo continua y discretamente. Causó buena impresión.

    Antes que nada pregunté cómo se pronunciaba su apellido. Y unos me dijeron que Van Rompoy y otros que van Rompey, aunque se escriba Rompuy. Nos dijo que él no era el responsable de la gestión diaria, que el grueso de la crisis que vivimos es importada del otro lado del Atlántico y que ellos tienen su trabajo, pero cada estado también el suyo y un importante papel que jugar.

Trabajan, ante el desastre económico vivido para ir creando una mayor gobernanza económica en medio de grandes dificultades ya que Alemania y Francia tienen sus atajos y sus acuerdos fuera de éste marco y que, a veces, se siente como el presidente del Ecofin, no siéndolo y que tras el tratado de Lisboa su labor es buscar la complementariedad y no la rivalidad. De hecho ya han creado un mecanismo de supervisión presupuestaria. Fue enfático al decir que menos mal que teníamos en el mercado al euro pues de no haber sido así el juego de devaluaciones competitivas entre países que hubieran tenido su propia moneda hubiera sido un desastre por lo que trata en todo momento de trabajar para darle estabilidad a la zona euro. En los años treinta una crisis parecida tardó diez años en superarse. Con ésta, hay países que en un año están ya creciendo. Hizo mención genérica a los países en crisis.
Terminó diciéndonos que la única solución europea a la crisis es más Europa, pero muchísimo más Europa. Ahí están China, India, Estados Unidos. Lo que se logre en esta presidencia en relación con las patentes será un paso de gigante ya que el asunto lleva atascado 21 años. Finalmente nos reivindicó un presupuesto europeo. Estuvo dos horas dale que te pego y al final, como nos dijo, entusiasmado con su discurso.
Pero también pasó por aquella inmensa sala donde teníamos pantallitas en la mesa, habida cuenta su gran dimensión, José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea e Ives Leterme el primer ministro belga que a diferencia de Zapatero se sometió a las preguntas de los parlamentarios. Un tipo listo que cuenta los días, como en la mili, cuando terminará la presidencia pues debe hacer frente a mil problemas, añadido todo esto a la crisis belga. Le quedaban 68 días.

Cenamos el domingo “moules” en “Chez Leon” con el embajador ante Bélgica, Carlos Gómez Múgica, pariente de D. Joshe Miguel de Barandiarán y desayunamos el martes con el embajador español ante las Comunidades, lo que se conoce como la Reper es decir la Representación Permanente. Luís Planas acaba de llegar de la embajada en Marruecos y conoce bien la Comisión. Tras estos años le ha llamado la atención tres cosas: la cantidad de países, 27, que tiene la Unión y cuyas reuniones parecen de patio de facultad donde al final siempre se llegan a acuerdos: el trabajar en la embajada mayor del mundo que tiene España. En total catorce diplomáticos y 280 funcionarios, propios y de cada ministerio para hacer seguimiento de todo lo que se cuece por aquellos lares en los que España tiene tres embajadas: ante la OTAN, ante Bélgica y ante las Comunidades. Planas es una persona correcta que conoce bien Europa y que nos causó buena impresión. No pude estar en la Delegación Vasca donde ya no está a su frente Ibón Mendialdua.

Decir que empieza a haber una creciente tensión entre el parlamento Europeo y los parlamentos de los estados ya que como dijo Planas el parlamento Europeo, tras Lisboa, es una institución a la que ya se le tiene en cuenta, cosa que antes no ocurría. Miguel Ángel Martínez, eurodiputado del PSOE nos montó varios pollos. En definitiva, una interesante experiencia con visitas al Museo de Bellas Artes, magnifico y al Museo Magritte en una Bruselas con buen tiempo y llena de gente por todas partes.

Las reuniones se celebraron en el palacio de Egmont, apellido de aquel conde que para Felipe II era un traidor y lo colgó en la Grande Place y para los belgas un libertador. Es la historia de Europa
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