Lo importante es facilitar a millones de iberoamericanos la educación necesaria con un plan a 11 años, Metas 2021, con un presupuesto de 78.000 millones de euros, con un trabajo de futuro coordinado entre gobiernos, instituciones, organismos, sindicatos y otros sectores relacionados con un asunto capital para el desarrollo y el progreso de América Latina; y para la salida de la crisis en países como España y Portugal. Lo interesante para políticos y medios de comunicación son las revelaciones de
Wikileaks sobre el trabajo de los diplomáticos norteamericanos en distintos países y sus valoraciones sobre distintos dirigentes mundiales y situaciones delicadas, muchas de ellas ya conocidas pero con una carga de morbo incontenible.
Enrique Iglesias no quiso ofrecer una valoración porque “no tengo un criterio formado sobre lo que está pasando” y aventuró que no habría pronunciamiento en la cumbre de Mar del Plata, de los próximos 3 y 4 de diciembre sobre estas filtraciones que revelan la preocupación de la secretaria de estado, Hillary Clinton, por la salud mental de la presidenta argentina, Cristina Fernández. Sobre el cambio de papeles que se ha experimentado, sobre todo en este año, con unos países europeos en graves crisis y unos iberoamericanos en crecimiento sostenido del 5% de media, la apreciación de
Enrique V. Iglesias es que España y Portugal van a salir de la crisis con las medidas adoptadas con América Latina como factor importante para lograrlo. “Y es más, pronto veremos a empresarios iberoamericanos invirtiendo en España y Portugal”.
Educación para todos
La impresión general es que el trabajo realizado durante dos años para alcanzar el consenso y la colaboración de todos “este es un proyecto donde todos han participado desde los gobiernos, las administraciones públicas, las organizaciones privadas, los sindicatos, etc..” afirmó con orgullo su mentor principal, Álvaro Marchesi no se va a marginar demasiado por una actualidad política determinada.
Los datos son contundentes: se movilizan 78.000 millones de euros nuevos, es decir, a más de los actuales presupuestos de cada país que ha planificado sus propios proyectos educativos y después se va a coordinar con los demás en un proyecto que va a durar 11 años que va a determinar la educación en Iberoamérica para las generaciones de los bicentenarios.
Marchesi afirma sin rubor que “el presupuesto es viable y posible, no es una locura” porque con el crecimiento económico en pocos años se puede cubrir la mayor parte, además hay que tener en cuenta el descenso de la natalidad. El proyecto plantea mejores profesores, sociedad de la información, nuevas tecnologías, mejora de la enseñanza, en definitiva con cuatro urgencias principales: “cuidado de la infancia, acceso a la educación, calidad de la enseñanza y alfabetización de toda la población y educación básica”.
Uno de los elementos a destacar es la continuidad y el compromiso político más allá de los mandatos de cada partido. Por ejemplo, en España se aprobó en el Parlamento por unanimidad y eso que no fue posible un pacto de estado para la educación.
Otro punto importante es la creación de un fondo de solidaridad de 5.000 millones de dólares para las zonas más deprimidas y para Haití, aunque no forme parte de la comunidad internacional. Ese fondo será alimentado con iniciativa privada. Grandes empresas como BBVA, Telefónica, Santander, BID, CAF van a firmar su compromiso de que la educación sea su referencia.
El proyecto tendrá sus institutos nacionales de fiscalización y seguimiento, y uno regional para coordinar todas las iniciativas. Es el plato fuerte de la cumbre de Mar del Plata, un hecho concreto que puede beneficiar a millones de personas y procurar un gran progreso social a Iberoamérica.
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