www.diariocritico.com
¿Acabamos con el chantaje?

¿Acabamos con el chantaje?

jueves 09 de diciembre de 2010, 20:52h
Lo que para Zapatero es determinación ante el chantaje de los controladores para Rajoy es improvisación. Dónde el presidente del Gobierno dice que las está teniendo tiesas con los privilegios de los multimillonarios del aire, el líder ve pasividad. Si en Moncloa no dudan en calificar de rebeldía frente al estado de Derecho las tretas de los 2.400 operarios fabulosamente pagados, en la sede del PP en la calle Génova solo observan un conflicto laboral mal solucionado. Y eso a pesar del buen rollito público de los dos líderes en el acto de celebración de la Constitución y a que, además, los dos dicen estar de acuerdo en lo fundamental: la declaración del Estado de Alarma para devolver a sus puestos a los controladores. Debe entenderse como la dramatización que conlleva ahora todo debate parlamentario. Pero que a nadie le extrañe, a cambio, que los españoles le digan al CIS que el tercer problema de este país, tras el paro y la crisis económica, son los partidos políticos.

Otra vez, todo vuelve a ser motivo de bronca y algarada entre los dos, igual da la crisis económica que la declaración del Estado de Alarma, que lo que se cueza en cada momento. La conclusión es siempre la misma: el Gobierno dice que está en su sitio y que la oposición solo sabe decir no; el PP, por el contrario, asegura que este  mal, como todos los demás, es culpa de Zapatero y que esto va a ser así para cualquier asunto hasta el día que en se vaya a su casa.

Pero hoy Rajoy ha perdido una oportunidad de alinearse con la firmeza del Gobierno y la indignación de los ciudadanos. Tendrá muchas otras ocasiones para sacarle los colores a Zapatero y con toda la razón. Pero ni hoy era el día ni este el asunto. Además podría haber exigido al Gobierno que ponga unos plazos tasados para acabar para siempre con el eterno conflicto de los controladores o para comprometerse a volver a la Cámara a pedir nuevas medidas sin es incapaz de lograrlo con las que ha puesto en marca.

Porque el objetivo es ese y no otro: librar a este país de una vez del chantaje permanente, año tras año, con variaciones pero chantaje siempre, de unos controladores que sienten únicos y acreedores de todos los privilegios, partiendo claro está de salarios de cientos de miles de euros al mes. Porque al margen de la salvajada de abandonar masivamente los puestos de trabajo del viernes y el sábado pasado, dándole en las narices a 700.000 ciudadanos, los controladores nos han desquiciado durante muchos años haciendo perder millones horas a millones de pasajeros. Serían escandalosos los resultados de un simple estudio comparativo: estudiar paralelamente cuantos millones de euros ha perdido la economía española en los últimos 15 0 20 años a causa de las huelgas encubiertas de los controladores y cuantos millones se han embolsado en sus sueldos, como rentabilidad de estas protestas, este exclusivo grupo de profesionales. Hoy lo ha dicho bien Zapatero, de la UCD para acá, con Suárez, Felipe González, Calvo Sotelo, Aznar o el propio Zapatero en la Moncloa todos los ministros responsables del transporte aéreo han ido bandeando como han podido los conflictos asumiendo los crecientes privilegios de esta casta de multimillonarios del aire a cambio de que se paralizara lo menos posible la navegación aérea y de que en cada puente o en cada fecha de vacacional estos individuos hicieran el menor daño posible al pasaje. La conclusión final es que todos han hecho un flaco favor al país, cediendo donde no debieron ceder, por lo que resulta miserable la disputa de esta mañana entre Rajoy y Zapatero sobre quien les toleró más, si fue durante los mandatos del PSOE o del PP.

Ojalá con el Estado de Alarma haya llegado ya la hora de decir basta. Que los chantajes dejen de ser rentables. Y por mucho que le fastidie a todo el PP, el primero que lo ha dicho, y a voces, para que se entere todo el mundo,  ha sido el ministro José Blanco. De momento el ministro Blanco ha bajado notablemente el sueldo a esta casta de los controladores aéreos, les ha aumentado la jornada laboral y ha eliminado sus omnímodos poderes de autogestión en las torres de control. Está por ver si termina la faena y acaba firmando con ellos un convenio justo para todos los ciudadanos. Pero hay que reconocerle políticamente lo que ya admiten los propios controladores: que en su trabajo hay un antes y un después de José Blanco. Si se logra la paz en los aeropuertos después de reconducir al sitio que les corresponde a los controladores aéreos – profesionalidad sin privilegios- el PSOE habrá hecho uno de los legados más importantes a la normalización de este país. Y la oposición debería estar encantada: cuando gobiernen no tendrán que volver a contemporizar los caprichos de una casta despótica, pesetera y rancia que en Europa solo existe enquistada en las torres de control españolas.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios