El vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior,
Alfredo Pérez Rubalcaba, nunca ha ordenado la interceptación de las comunicaciones de ningún ciudadano.
Según informaba este domingo El Mundo, el operativo de control y escucha de los controladores aéreos españoles se puso en marcha el 4 de diciembre, tras la declaración del estado de alarma por parte del Gobierno, como respuesta al abandono masivo que éstos hicieron de sus puestos de trabajo en las torres de los aeropuertos. Los directivos del CNI que han elaborado el "proyecto" sobre los controladores aéreos han plasmado sus protocolos de actuación en dos "notas internas", donde se reflejan, entre otras cuestiones, los elementos técnicos a utilizar, la correspondiente evaluación del objetivo y los domicilios de las personas a controlar.
Esas dos "notas internas" del CNI, según ha podido saber este rotativo de fuentes del propio servicio secreto español que están muy próximas a la elaboración y ejecución del "proyecto" fueron redactadas o creadas el mismo fin de semana en que los controladores aéreos quedaron militarizados, los días 4 y 5 de diciembre. El objetivo principal de los agentes operativos del CNI en dicho control de los controladores se centra en las escuchas telefónicas de lo móviles de los principales líderes sindicales y en el posicionamiento de esos aparatos, a nivel de situación física en Madrid y las otras provincias que se han destacado en el paro, para poder determinar cuándo, cómo y con quién se han ido produciendo las reuniones de todos ellos y quienes son los que en realidad llevan la voz cantante.
Antes de que se pusiera en marcha el operativo del CNI se estableció un gabinete de crisis en Moncloa al que asistió el director del CNI,
Félix Sanz Roldán. En el reparto de funciones, según señala este rotativo, al general Sanz Roldán le tocó el control e interceptación de las comunicaciones telefónicas y otras de los líderes del sindicato Usca. El secretario de Estado de Interior, Antonio Camacho, también recibió un plan de trabajo por parte de su ministro y vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, que consistió en que agentes de los servicios de información de la Policía intentaran averiguar cuáles eran las auténticas intenciones de los controladores aéreos y hasta donde estaban dispuestos a llegar en su pulso al Ejecutivo.
El Mundo destaca que la frase "mi ventaja es que yo sé todo de todos", pronunciada por Alfredo Pérez Rubalcaba en junio de este año ante un magistrado del Tribunal Supremo, se ha convertido en una auténtica realidad en el conflicto que los controladores aéreos mantienen con Aena y el Ministerio de Fomento desde el pasado día 3.
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