Don Tancredo en estado puro

 Definitivamente parece que al Partido Popular de Castilla y León se le ha atragantado la designación de sus candidatos a las alcaldías. Después de la decisión de Alfonso Fernández Mañueco de relevar a Julián Lanzarote en Salamanca y la espantada de Juan Carlos Aparicio en Burgos en favor de su delfín, Javier Lacalle, parecía que el máximo responsable del partido en la comunidad, que no es otro que Juan Vicente Herrera, se había decidido a encarar el asunto.

Tras haber instado a “los mejores” a dar el paso adelante, todo hacia pensar que Antonio Silván, Carlos Fernández Carriedo y Mar Angulo se comerían el turrón designados como candidatos por León, Palencia y Soria, respectivamente.Sin embargo, van a llegar los Reyes sin que ninguno de ellos sepa -y eso que los dos últimos son presidentes provinciales y el primero vicesecretario regional del PP- que pito habrán de tocar en las elecciones del 22 de mayo.

Quienes pensaran que los candidatos a las Alcaldías estarían designados antes de Navidad, se olvidaban de la irrefrenable tendencia al “dontancredismo” que muestra Herrera cada vez que tiene ante sí cualquier problema, ya sea en la Junta (por eso no ha reducido el numero de Consejerías, ni siquiera el de cargos de segundo o tercer nivel) o en el partido. Un “dontancredismo” que va mas lejos incluso que el de ese consumado maestro en la especialidad que es Mariano Rajoy, quién antes de fín de año se ha armado de valor y ha resuelto el dilema de Asturias dejando en la estacada a Francisco Álvarez Cascos, entre cuyos apoyos figuraba por cierto el del presidente de Castilla y León.

  El vodevil que está protagonizando el PP con la no designación de su candidato a la Alcaldía de León ha puesto en evidencia la manifiesta falta de autoridad de Herrera para poner en su sitio a la atrabiliaria presidenta provincial del partido, Isabel Carrasco, que ha hecho siempre de su capa un sayo sin que desde Valladolid nunca se haya atrevido nadie a pararle los pies. Ante la pusilanimidad del presidente regional tendrá que ser en la calle Génova donde se decida si el candidato es Silván (quien disciplinadamente siempre ha estado dispuesto a dar el paso), el títere que proponga Carrasco o cualquier otro que pase por allí y no pueda decir que no porque le deba algún favor al partido o a la Junta, como ha ocurrido en Segovia. (La única decisión tomada por Herrera en este tiempo ha sido la de sacrificar sin miramientos a Beatriz Escudero y para eso ni siquiera ha tenido el coraje de comunicárselo personalmente).

 Y no solo en el PP de León se está encanallando la cuestión. En Soria está el veto de la dirección provincial a la presencia de Maria Jesús Ruíz en la candidatura autonómica. En Palencia, tras ver lo que le ha pasado a Beatriz Escudero, Celinda Sánchez contraataca postulándose como candidata a presidir la Diputación. El encanallamiento se extiende incluso a provincias donde está decidida la candidatura, como en Zamora, donde al presidente provincial del PP y de la Diputación. Fernando Martínez Maillo, le ha entrado todo un ataque de cuernos ante la posibilidad de que la alcaldesa Valdeón vaya simultáneamente en la lista autonómica. O en Valladolid, donde tras reincidir con Leire Pajín y verse descalificado desde Génova, León de la Riva se ha puesto nervioso y ha intentado forzar la reunión del comité electoral provincial para proclamar su candidatura, poniéndole con ello en un aprieto al atribulado Ramiro Ruiz Medrano, a quien por otro lado se le está envenenado el asunto de su sucesor en la presidencia de la Diputación.

Con todo este panorama, la ausencia de Herrera en la comida navideña celebrada por los nueve presidentes provinciales del partido es como para hacérselo mirar.

(En las fotografías, Juan Vicente Herrera e Isabel Carrasco)