La postura de Ruiz-Gallardón, de momento, es inflexible: los jugadores no tocarán, ni pisarán la fuente de la diosa. El Real Madrid, por su parte, le pide que ceda en su intención y que, como mínimo, deje que un jugador se aúpe hasta el cuello de la Cibeles para anudarle una bufanda, como ha ordenado casi siempre la tradición. El jugador ya estaría elegido por parte del club, y no sería otro que su capitán Raúl. Al fin y al cabo, tres años sin celebrar un título pesa mucho en el seno del club blanco. Por eso el Real Madrid quiere que la fiesta por la consecución de la Liga -en caso de que al final se conquiste- sea por todo lo alto.
Hay que tener en cuenta que éste es el primer año como presidente madridista de Ramón Calderón. El nuevo dirigente blanco quiere que este título, que lleva prometiendo desde el comienzo de la temporada ante la incredulidad de todo el mundo, pueda celebrarse con todos los honores.
La diosa manca
El Ayuntamiento, como ha hecho en las últimas ocasiones, no quiere que ningún jugador se suba a la estatua. En la mente de todos todavía permanece la imagen de la diosa sin un brazo, algo que se quiere evitar a toda costa. Fuentes municipales no descartan, sin embargo, que las posturas puedan cambiar a lo largo de esta semana. Y es que está previsto que el Ayuntamiento y el Real Madrid vuelvan a reunirse en los próximos días para ultimar el dispositivo de seguridad, así como el guión de la celebración merengue.
Lo que sí parece claro a estas alturas es que se volverá a instalar una pasarela alrededor de la fuente para que los jugadores puedan pasearse por ella y celebrar el título con los miles de aficionados que se vayan a dar cita en la plaza.
No son pocas las ansias de la afición blanca de celebrar algo después de tres años en blanco. El empate del Madrid en Zaragoza fue celebrado casi como una victoria por el club y la afición, lo que empujó a centenares de seguidores blancos a rodear la fuente de la Cibeles en la noche del sábado.
En previsión de lo que pudiera pasar, ésta se encontraba protegida por una doble valla para que nadie pudiera acceder a ella y darse un baño en la fuente.
La intención del Ayuntamiento es que los aficionados permanezcan lejos de la estatua. Lo más probable, también, es que se monte un cordón de seguridad que mantenga apartados a los seguidores de la fuente, para que los jugadores madridistas también puedan caminar por allí a sus anchas.
El autobús de los jugadores atravesaría el dispositivo montado por la organización para dejar a la plantilla a los pies del carro de la diosa. Una escalera les facilitaría el acceso a la pasarela, situada a cuatro metros de altura y que rodearía a la fuente, para que desde allí pudieran celebrar su trigésimo título liguero con la afición.
Amplio despliegue policial
En previsión de lo que pudiera ocurrir después, y teniendo presente anteriores celebraciones, el Ayuntamiento, junto con la Delegación de Gobierno, destinará también a la zona un amplio despliegue policial. La protección de la fuente de La Cibeles no será la única preocupación del Consistorio. Por todos es conocida la intención de grupos radicales de acudir a este tipo de actos para acabar convirtiendo esta fiesta futbolística en una batalla campal contra las fuerzas de seguridad.
Por este motivo, también será obligatoria la presencia del Samur. En la última celebración merengue las asistencias médicas tuvieron que atender a decenas de seguidores blancos con cortes en la cabeza por culpa de los botellazos lanzados por los radicales.
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