El Salvador “aconsejó” a Colombia poner "alto" a bandas criminales

Si bien la situación de El Salvador no es igual a la colombiana, Funes reconoció que existen similitudes entre las pandillas de su país y lo que actualmente se conocen como las Bacrim (Bandas Criminales) en Colombia; en este sentido, aseguró, "más que venir a enseñarle a Colombia sobre antiguos combatientes, hay que alimentar mutuamente los resultados exitosos en reinserción y tratamiento de bandas criminales".

Advirtió, sin embargo, que "lo que Colombia no debe permitir es pasar ese problema" (de las bandas criminales, rezago de los antiguos paramilitares), pues en la experiencia de su país este descuido dio lugar a pandillas más evolucionadas que hoy en día son un “problema serio”.

El presidente salvadoreño rememoró que cuando se firmó la paz en 1992 en su país, grupos de desmovilizados, tanto del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y de las Fuerzas Militares, "quedaron a la deriva sin reinsertarse a la sociedad de forma productiva y pasaron a ser carne de cañón y a involucrarse en la criminalidad organizada".

Funes añadió que a la vuelta de algunos años los llamados "escuadrones de la muerte" que operaron en la guerra con motivación política, "se transformaron en una especie de grupos militares armados irregulares” y el problema trascendió.

“A las pandillas se les dejó evolucionar, de grupos de jóvenes rebeldes e insatisfechos con sus familias. Las pandillas, a lo largo de 20 años, se han convertido en verdaderas unidades de tarea al servicio del crimen organizado e incluso compiten en ocupación y territorios, y en operaciones criminales con el grupo organizado", manifestó el mandatario, quien lamentó que "se les dejó actuar porque no hubo políticas preventivas que evitaran que lo mejor de la juventud entrara o cayera en las garras del crimen organizado, alimentado por la producción, el tráfico y el consumo de drogas”.

Para Funes, el narcotráfico "no es un problema solo de los colombianos, de los mexicanos o los centroamericanos. Es un problema que nos ocupa a todos", señaló, y criticó a Estados Unidos, como principal consumidor de drogas del mundo."Mientras Estados Unidos no disminuya su consumo va a seguir habiendo oferta, ese es un tema que vamos a tratar, y lo hemos colocado en la agenda para la próxima visita del presidente Barack Obama a El Salvador", agregó.

Por otra parte, señaló que la polémica sobre legalización de la droga "no es un debate que ocupe en estos momentos a los salvadoreños" y añadió que, antes de considerar ese asunto para disminuir su consumo, él "introduciría el tema de las políticas preventivas".

Remarcó que si bien "al criminal hay que reprimirlo, hay que perseguirlo", insistió en que "una buena política social es la mejor política de prevención del delito, y por tanto la mejor política criminal".

Funes reconoció "la experiencia de las fuerzas de seguridad y del trabajo de prevención de la violencia que ha llevado a cabo Colombia" e indicó que es "un ejemplo" y "un referente digno para seguir".

De otro lado, el presidente de El Salvador, reconoció que su país tiene una "deuda" pendiente con las víctimas y familiares del conflicto armado interno que padeció en la década de los ochenta. "Todavía tenemos una deuda con las víctimas y sus familiares. No hemos podido crear una política de Estado de reparación de las víctimas que sí se ha llevado a cabo aquí en Colombia", dijo Funes.

Funes llegó el martes en la noche a Bogotá acompañado de varios altos cargos de su Gobierno, medio centenar de empresarios, y miembros de las fuerzas de seguridad salvadoreñas "para que trabajen de la mano con las fuerzas de seguridad pública de Colombia, para ver en qué nos pueden ayudar y cómo podemos llevar a cabo esta batalla en toda la región centroamericana incluido México”, finalizó.