Los ERE y la teoría de la suegra

Creo que les he contado alguna vez que tengo un amigo, periodista en ciernes y excelente polemista que, cada vez que me reúno con él, me aporta temas para mis artículos, con lo que le debo ya más de algún copirrai. El último se refiere a la escasa capacidad de autocrítica, o mejor aún, de acciones fácticas que tienen (que tenemos) todos los que podemos enfrentarnos a las injusticias sociales que, día a día, suceden a nuestro alrededor y que podemos combatirlas sólo con dar un paso al frente y denunciarlas públicamente. La teoría que defiende este amigo que les hablo es la que yo llamo "la teoría de la suegra". Les cuento. Afirma que muchos ciudadanos, entre ellos algunos funcionarios e incluso políticos, estarían dispuestos a denunciar barbaridades que ocurren en sus trabajos, corruptelas de compañeros o supuestas irregularidades que suceden en el entorno suyo, que hartos de injusticias, se mostrarían dispuestos a colaborar con la Justicia para esclarecer delitos que suelen quedar sepultados bajo la sospecha indemostrable. Pero, claro, afirma mi amigo, llega Juanito y se lo comenta a su esposa, "hay que ver lo que está haciendo Pepito, está falseando documentos y trincando un dineral de la Hacienda Pública con el consentimiento de su jefe. Estoy harto de tanta corrupción. Un día de estos voy a coger las pruebas del delito y llevárselas al Juzgado de Guardia". Su esposa, orgullosa de la honradez del marido, va y se lo comenta a su querida madre. Y ésta pone cara de poker y dice "ya está tu marido con las tonterías de siempre. Ahora que lo van a nombrar director general, con despacho, chofer y tarjeta visa va él y se las da de culo honrao. Pues lo que yo te diga, va a fastidiarla y bien. Si hace eso, que se despida de cualquier alto cargo. No se lo van a perdonar. Tonto, que tengo un yerno que es tonto del haba. Dile a tu marido el honrado que se esté callado que está más guapo". Y naturalmente, la esposa, realista a más no poder y deseando pasarse unas buenas vacaciones en un crucero de lujo, le convence para que se está quieto, no vaya a joder la marrana. Bueno, a lo que iba, "la teoría de la suegra" suele funcionar en todos los partidos, sobre todo si ostentan algo de poder. De hecho, siempre que se produce algún escándalo de este tipo, primero lo niegan en redondo diciendo que son invenciones de la oposición para desgastarles (¿les suena del algo?); después, si la cosa va a mayores, admiten que es una chorizada de "tres o cuatro tunantes" como los que hay en cualquier partido (¿les sigue sonando?); cuando ven que el asunto no tiene remedio se ponen en cabeza de la manifestación y dicen que investigarán hasta el último caso de corrupción y expulsará de su formación y denunciará a los culpables (¿no lo han oído ya?) y, finalmente si no hay más remedio que dar la cara, marean la perdiz para que todo el peso de la ley caiga en un "cabeza de turco" que ya no está en la primera fila y pague el pato por el resto de los implicados (¿también les sigue sonando?). Por último aplican el aforismo que en su día hizo célebre un importante dirigente político español, el "ya escampará", esperando que cualquier otro acontecimiento de más o menos importancia, a ser posible inducido por ellos mismos, solape el escándalo hasta que los ciudadanos lo olviden. Ocurre sin embargo que muchas veces los hechos son tan fuertes, tan escandalosos, tan de Juzgado de Guardia, que no hay forma de que dejen de ocupar un importante lugar en las portadas de los informativos, gracias en muchas ocasiones, a la labor investigadora de los periodistas. Es entonces cuando ellos sacan su artillería pesada contra el mensajero convirtiéndolo en un falso culpable, en un inventor de bulos y en un cuentista. Y, al final, todos se van de rositas y al ciudadano, al que le han robado millones y millones, se le queda cara de bobo viendo como se mofan de su trabajo y de sus ideas. Y, claro, llega a la conclusión de que "todos los políticos son unos chorizos", como demuestran las encuestas del INE. La verdad, es que no es para menos.