La UGC estima que en Castilla-La Mancha son necesarios, al menos, otros 500 efectivos de la Benemérita

Maroto subrayó que a este incremento de la criminalidad, se une el aumento de población que está experimentando la región, fruto del "boom urbanístico", hace que sean necesarios más efectivos, aunque las plantillas están mermadas, por las bajas de los agentes, y porque no se crean más plazas.

   Al problema de la seguridad ciudadana hay que añadir el del tráfico, según Maroto, pues cada vez hay más vehículos en circulación y menos personal de tráfico en las carreteras para controlarlo, algo que se agravará de cara a las navidades con la entrada en vigor de la campaña de alcoholemia.

   Por ello, señaló el secretario general de la UGC de Castilla-La Mancha, las autoridades se ven obligadas a echar mano de personal de seguridad ciudadana, porque no hay suficientes agentes de la Benemérita.

Hermanamiento con la UFP y la UGT

   Maroto puso de manifiesto estas carencias coincidiendo con la presentación del acuerdo alcanzado el pasado mes de julio entre la UGC, UGT, y la Unión Federal de Policía (UFP), el primer protocolo de "hermanamiento" que firma la Benemérita, que ya se ha constituido en Asturias, Cantabria, Galicia, Andalucía, Madrid y Castilla-La Mancha.

   Así lo indicó el secretario de la Unión de Guardias Civiles, Manuel Mato, quien señaló que se trata de un proyecto "ilusionante" con el que "nos convertimos en el colectivo policial más amplio, pues la UGT llegará donde no pueda la UGC, y la UFP".

   Para Mato, que aseveró que el director del Mando Único, Joan Mesquida, conocerá a través de la Unión Federal de Policía las reivindicaciones de la Benemérita, como ya ha hecho con el Defensor del Pueblo, esta asociación que nace de forma atípica, por la unión de diferentes asociaciones, era muy importante que en Castilla-La Mancha fuese una realidad, pues "queremos dejar de ser ciudadanos de segunda, y disfrutar de los mismos derechos de todos los ciudadanos".

   Para ello, añadió, es necesario un cambio normativo, "porque no tiene sentido que en el siglo XXI un guardia civil vaya a la prisión a compartir mantel con narcotraficantes, maltratadores o asesinos, por comerse un bocadillo cuando está trabajando".

   Esto, defendió, provoca tales desequilibrios que cuando los agentes salen de prisión, abandonan el cuerpo, y por ello, incidió "debe ser desmilitarizada, porque si hoy en día desempeñan funciones de policías, deben ser ejercidas por policías no por militares".

   Dicho esto exigió que se asuma una "vieja" promesa como es el asociacionismo profesional, una política real de riesgo laboral, mostrándose confiado en que el director del Mando Único cambie este  régimen disciplinario, y reconozca una asociación profesional para este colectivo, pues ha dado muestra de un cambio de talante con los primeros pasos que ha dado.

   "Pero antes de correr tenemos que aprender a andar y si no nos dan sindicato, al menos una asociación profesional que sirva para defendernos", apostilló.