El republicano dominguero

Dice el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, personaje por el que siento el máximo respeto, teñido de una considerable distancia, que Zapatero es un “republicano dominguero”. Será porque el aún presidente del Gobierno y secretario general del PSOE cita a Manuel Azaña en sus mítines preelectorales de domingo y fiestas de guardar. Nunca he entendido del todo, y esto viene a cuento del próximo y ‘redondo’ aniversario de la llegada de la República, el entusiasmo mostrado por ZP por un acontecimiento histórico que, a mi juicio, derivó en un caos bienintencionado que dio origen a todas las desgracias que ocurrieron posteriormente, bien es verdad que de la mano de unos militares desleales con el orden constitucional. Yo creo que Zapatero tiene aires de republicano regeneracionista de los años veinte, un teórico que tantas veces yerra a la hora de llevar a la práctica sus tesis llenas de bonhomía, de utopía y de falta de posibilidades. Creo que fue el mismo Zapatero quien se definió como un “monárquico republicano”, o quizá viceversa. Yo diría que, pese a su confesado republicanismo, ha hecho bastante por la imagen de la Corona, incluyendo esa evidente campaña de imagen para promocionar nacional e internacionalmente la figura del Príncipe, el futuro Felipe VI. Muchas veces, yo, que me proclamo monárquico antes que juancarlista, he criticado que al heredero de la Corona, portador de importantes virtudes políticas e intelectuales, se le promocionaba poco ante la opinión pública. Hora es de rectificar: ese viaje a Israel  de los Príncipes de Asturias ha sido un paso valiente, como valiente fue sacar a relucir tácitamente el tema de Gibraltar en la cena de gala durante la visita a España de Carlos de Inglaterra y su esposa. Me parece que el mismo valor y el mismo apoyo institucional y gubernamental, o aún más, serán precisos cuando haya que acometer tareas más domésticas, como la presencia del Príncipe  en difíciles foros autonómicos y políticos. Pero estoy cada día más convencido, y lo digo en vísperas del 14 de abril que es fecha que muy legítimamente celebrarán algunos, de que el definitivo ajuste de este Estado al que llamamos orgullosamente España pasa por la consolidación de la Corona en la persona de Felipe de Borbón. Y creo que ese republicano que se llama José Luis Rodríguez Zapatero no incluye entre los errores cometidos en su trayectoria, la ignorancia y la minimización de ese hecho. De acuerdo con Cayo Lara, pero en sentido inverso: este presidente nuestro es un republicano dominguero. Y lo celebro.