El Gobierno reconoce lo evidente: paga a los guardias según cuanto multen

Así son las cosas, porque, además, así lo parecen: el Gobierno reconoce (sic) que premia a los guardias civiles que ponen más multas. Es decir, que si los guardias civiles quieren cobrar la tristemente famosa ‘productividad’, tienen que sacarle los cuartos al indefenso ciudadano, en este caso automovilista. Lo ha reconocido el Gobierno en su respuesta a una pregunta de la senadora popular María Jesús Sainz. Una respuesta que no tiene desperdicio, porque si en un momento dado el Gobierno afirma que no “existe ningún complemento económico en función del número de denuncias formuladas”, luego admite sin ambages que entre los parámetros objetivos para pagar productividad a los guardias están también las denuncias. Y abundando más, al ser preguntado el Ejecutivo por los cuatro guardias civiles de Pontevedra sancionados “por no imponer suficiente número de multas”, ha reconocido por escrito que dichos agentes “no habían alcanzado el grado adecuado de rendimiento, interés e iniciativa” (sic). Con esta respuesta, el Gobierno reconoce implícitamente que lo único que le guía en su decisión de rebajar a 110 kilómetros por hora el límite máximo de velocidad en autovía es el afán recaudatorio, así como su obsesión enfermiza con perseguir y acosar a los conductores, apostando guardias en los cambios de rasante y en las curvas más recónditas. En fin, que el origen de estas preguntas parlamentarias al Gobierno está en una denuncia pública de la Unión de Guardias Civiles, que reprochó al Ministerio del Interior y a la dirección del Instituto Armado que los agentes de tráfico estén recibiendo presiones para que aumenten el número de denuncias con fines recaudatorios. Esa denuncia ha sido confirmada ahora por el Gobierno en la respuesta escrita que transcribimos íntegra en este Diario e-Xclusivo. VER LA RESPUESTA DEL GOBIERNO