Oficio de mitin

   Hay que estar muy convencido para acudir a un mitin, y eso que en efectos audiovisuales hemos salido ganando pero el mensaje no puede ser más triste. Los vecinos de Tomelloso, en Ciudad Real, vivieron el lunes un auténtico maratón electoral: PP y PSOE dieron mitin en la misma ciudad a la misma hora. Se entiende la angustia de los tomelloseros que se veían saturados por la oferta informativa. Y nuestras candidatas en lugar de dedicarle la atención necesaria que merece una ciudad como la descrita por Francisco García Pavón se enfrascaron en cuestiones de política nacional. Ni un segundo para hablar de "Plinio" (es intolerable).    El candidato acude a donde el partido le ha dicho que ha colocado el atril y desde allí arrea al adversario con notable entusiasmo, importándole la causa municipal un bledo porque en estas elecciones el PSOE está preocupado porque no se le caiga la casa encima y el PP va a por todas porque sabe que huelen a plebiscito de un gobierno débil. Luego dirán que la abstención es el mayor de nuestros males pero de momento no le ponen remedio, al revés: muchos watios y decibelios para no acordarse de las cosas que pasan en el pueblo. Gila les habría hecho un chiste demoledor sin duda. En otros tiempos los hubieran arrojado al pilón pero ahora lo que se llevan son fuentes japonesas en las que apenas se mojarían los pies de una manera muy cursi.    Pongamos a Tomelloso como referencia cañí y reflejo de esta campaña electoral para subrayar que a otros que bien conocen la comarca, caso de Bono, le han dejado fuera del calendario. Mucho se habla de que a Zapatero le han reducido la presencia, pero pocos comentan que Bono no tiene un micrófono desde el que predicar las buenas nuevas del socialismo y darle cera a Rajoy. Estaremos de acuerdo en que Bono en Tomelloso es una autoridad, con permiso de Carme Chacón, que fue allí a "hablar de su libro" (para colmo tuvo que dar la charla en los salones Epílogo... allá donde las parejas empiezan el convite por el final). Dejar a Bono en Madrid cuando toca dar mitin en Tomelloso es como sentar a Ronaldo en el banquillo, cuando el Madrid cometió esa temeridad perdió ante el Gijón y no está el PSOE para salir a empatar el encuentro.    Al asistente al mitin hay que darle algo más que bandera, gorra y bocadillo. No estaría de más ofrecerles alguna idea aunque fuera discutible. Tengo para mí que mucho de ese público que aparece detrás de los candidatos, agolpados en singular conjunto cromático, son ejemplares humanos disecados. De otra forma no se entiende esa serenidad clásica ante el tedio. - Lea también: Especial 22-M>>