Una semana decisiva

     Entramos en una semana de negociaciones políticas ante la constitución de las corporaciones locales el próximo sábado, en toda España. En el ayuntamiento en que una fuerza política obtuvo mayoría absoluta, nada hay que pactar. Pero donde se produce un equilibrio (o un desequilibrio) de minorías hay mucha tela que cortar y muchos cromos que cambiar en los próximos cinco días.     Y miramos con especial atención al País Vasco, donde “Bildu” alcanzó la mayoría absoluta en varios municipios, y ha sido la fuerza más votada en otros. Los primeros, los de la mayoría absoluta, no tienen remedio. Sin embargo, allí donde, aún siendo la lista más votada, la suma de los votos de los demás partidos puede impedir que un alcalde heredero de los “batasunos” tome el bastón de mando, se han abierto negociaciones bastante complejas y dispares.      El lendakari Patxi  López insiste en un llamamiento al PNV para que alcance acuerdos con socialistas y populares e impedir, donde sea evitable, que el alcalde sea el candidato de “Bildu”. No dudamos de la buena voluntad de Patxi López, pero es evidente su falta de criterio y sus contradicciones, e incluso su ingenuidad, cuando a “Bildu” se le permitió presentarse a los comicios. ¿Pensaba el lendakari que “la madurez del pueblo vasco” iba a impedir, por vía democrática, el innegable respaldo electoral de “Bildu”? Se ha equivocado, y ahora llama a las puertas del PNV diciéndole que sería irresponsable no impedir los gobiernos de la coalición de la izquierda abertzale. “A buenas horas, mangas verdes”, porque la política también es el arte de anticiparse a los acontecimientos,  e incluso de poner la venda antes de que se produzca la herida.      E insiste el lendakari en que el resultado electoral cosechado por la formación independentista “no es justo porque muchos los han votado pensando que podrían favorecer el camino de ese mundo hacia la paz, y “Bildu” lo que ha hecho es pasar bandeja para cobrar en votos esa apuesta”.      Insistimos: “a buenas horas, mangas verdes”. Porque, dos semanas después de las elecciones, y a cinco días de la toma de posesión de las corporaciones, lo que se percibe es que en muchas aldeas de Guipúzcoa se ha dado un paso hacia atrás y se regresa a los peores tiempos. En este contexto, y por desgracia, mucho nos tememos que el lendakari Patxi López, desesperado, no haga, ahora, más que predicar en el desierto. > Escuche las columnas de Luis el Olmo en vídeo: