¿La salud de un presidente secreto de Estado?

La manera como este gobierno ha manejado el tema de la salud del führer no podría ser más torpe. Es una muestra más de la incompetencia de quienes integran el alto gobierno. En cualquier país del mundo, y de eso hay muchos ejemplos, el estado de salud del Mandatario es manejado con toda transparencia. Hasta un resfriado es informado a la ciudadanía precisamente para evitar lo que con toda justificación está ocurriendo en el nuestro. El misterio que rodea el tema de la salud del führer solamente ha servido para provocar e incentivar toda clase de sospechas, teorías, suposiciones, lo que ha generado a su vez reacciones desmedidas y desplantes de lealtad incondicional hacia él por parte de quienes no se sienten seguros en sus puestos. Todo comenzó envuelto en circunstancias extrañas. Primero fue la suspensión del "Aló Presidente" por varios domingos consecutivos. No es que lo echáramos de menos, sino que era un indicio de que algo le estaba ocurriendo al personaje. Luego fue una dolencia en una rodilla que le impidió viajar a Brasil .Finalmente emprendió una gira que lo llevaría a Brasil y Ecuador y que inesperadamente terminó en La Habana acompañada de un anuncio según el cual el inquilino de Miraflores sería sometido a una intervención quirúrgica porque le habían detectado un quiste en la pelvis. Esto de por sí originó toda una cadena de opiniones por parte de médicos y de legos para explicar lo que es, o puede ser, un quiste pélvico. Lo cierto es que ya lleva más de dos semanas fuera del país y no regresa. Esa ausencia prolongada ha servido para avivar todavía más las especulaciones o mejor, las sospechas de que algo grave le pasa al führer. Se habla de cáncer del colon, de cáncer de la próstata, de cáncer terminal, de que sus días están contados, e incluso y esto lo cuento tal como me llegó, alguien de una embajada latinoamericana envió un mensaje creo que por twitter, según el cual el führer había fallecido. Aclaro, esto no lo digo yo, me llegó por internet. En un primer momento pretendió ejercer desde La Habana su papel de Presidente pero debe haberse dado cuenta de que eso era un error garrafal. Resultado: el país ha estado sin Presidente durante todo ese tiempo y no hay indicios de su inminente regreso y se ha generado un vacío de poder que hay en el país. En Venezuela nada se movía sin el visto bueno del inquilino de Miraflores. Ningún funcionario, incluyendo ministros, se atrevía a hacer algo sin la debida luz verde del führer. El país se encuentra al garete sin saber por cuánto tiempo más. ¿Es que el mandón de Miraflores se considera tan imprescindible que no puede delegar la Presidencia en quien le corresponde de acuerdo con la Constitución? ¿Será que desconfía de quien según la sucesión constitucional debía sustituirlo? Esto último no sería extraño porque el llamado a remplazarlo pareciera tener sus propias ambiciones. ¿En todo caso, cómo es posible que en el Gobierno y aquí incluyo a todos los poderes públicos, no ha habido nadie que se le pare y le diga: Presidente, usted debe designar un jefe de Estado interino mientras esté incapacitado para ejercer sus funciones? A las exigencias de la disidencia de que se cumplan las normas constitucionales sobre las ausencias y la sucesión presidenciales, la respuesta ha sido la consabida táctica del insulto, la diatriba y las amenazas. "Tenemos comandante para rato". "La derecha nacional e internacional enloquecida, está frotándose las manos y haciendo gozo de la salud del Presidente, incluso hablando de la muerte del Presidente", "No se hagan eco de la canalla. El comandante se está recuperando bien de su operación". Resulta curioso que el principal vocero en este caso ha sido el conductor de la Cancillería quien en una declaración llamando al pueblo a acompañar al comandante en su "batalla" por la vida no hizo sino avivar las especulaciones. Mientras tanto, quien debía estar al frente del país en esta contingencia, cada vez que habla lo hace como para mostrar su lealtad incondicional con el führer y pareciera no sentirse seguro en el cargo.