Ha culminado el proceso electoral peruano para elegir alcaldes y presidentes regionales. Alex Kouri en la presidencia regional y Luis Castañeda Lossio en la alcaldía, han vencido por un amplio margen en el Callao y Lima respectivamente. Son autoridades cortadas a la medida del pueblo peruano. Una sociedad que ha decidido apostar permanentemente por el mal menor y que se degrada decididamente día a día.
Ni Castañeda ni Kouri han hecho nada por mejorar a sus circunscripciones cualitativamente. En Lima y Callao subsisten la prostitución en todas sus formas, la inseguridad ciudadana, el caos en el transporte, el gasto innecesario, el trabajo infantil, la desaparición de espacios públicos, las obras efectistas pero sin mayor funcionalidad y sobre todo las obras cuestionadas.
Pero entre Castañeda y Kouri hay más similitudes. Ambos blindan sus múltiples incorrecciones y cuestionamientos con aparatos de prensa que se aprovechan de un sector del periodismo nada ético y que oculta sistemáticamente los cuestionamientos a ambos “personajes”.
Esta herencia del fujimorismo, el periodismo lobbysta, es el gran cómplice de la corrupción, pues calla y oculta los malos usos del dinero público y convierte en figurones a individuos que en cualquier lugar del mundo serían sumamente cuestionados. Nada bueno le espera a Lima y al Callao. Ambas ciudades no sólo apuestan por el mal menor sino que repudian a la honestidad, una linda palabra de la cual se acuerdan sólo cuando fallece un notable. Ambas ciudades han apostado por la pileta y no la biblioteca; se contentan con la pintura en la fachada y la superficialidad en lugar de medidas radicales que como la difusión de la cultura nos lleven a la modernidad.
Pero los culpables en el fondo no son ese periodismo que subasta su “opinión” ni estos cuestionadísimos personajes. Es el mismo pueblo peruano que sigue votando por aquel que más engaña y que más miente, y que utiliza leguleyadas para ocultar sus tropelías. Nuestro país sigue involucionando para drama de nuestro futuro. Es imprescindible una gran reforma política que mejore la Ley Electoral para que alcaldes y presidentes regionales no se sigan eligiendo con 15%, mejorar las circunscripciones para que no exista tanta desigualdad entre los distritos, fusionar de una vez los gobiernos regionales que en la práctica son lo mismo que los departamentos y sobretodo hacer de la democracia participativa una institución. Si entendemos esto podremos empezar a hablar con mayor tranquilidad de nuestro futuro como país.
Ing. Juan Sheput (Perú)
Ex consejero Presidencial en Asuntos Políticos y ex ministro de Trabajo y Promoción del Empleo durante el gobierno de Alejandro Toledo.
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