Espionaje a los funcionarios

Además de bajarles el sueldo se ha puesto de moda disparar contra los funcionarios. Ya sabemos que no gozan de buena fama desde hace mucho tiempo, tal vez desde el “Vuelva Usted mañana” de Larra. Pero las cosas sobre estos trabajadores, imprescindibles en nuestro cotidiano vivir, no siempre son ni justas ni acordes con la realidad. Porque funcionarios hay muchos, muchísimos tal vez, y los hay buenos, malos y regulares, como en todo. Los hay amables, los hay cardos y los hay indiferentes. Eso sí: todos toman el café o el bocadillo cada día, seguro, pero como el resto de los trabajadores de todos los sectores.   Pero esto es una minucia en comparación con lo que estudia hacer el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva. Le ha dicho a Onda cero (la misma emisora donde dijo lo que dijo de Leire Pajín) que no descarta contratar una compañía de detectives para controlar las bajas reiteradas, que en el consistorio vallisoletano deben ser muchas. Al Topillo le parece que entrar en esa dinámica es muy peligroso, porque puede ser un bumerán. ¿Acaso no habría que ponerle un marcapasos a más de un político en el culo para saber cuánto lo mueve por los ciudadanos? Convertir la vida civil y administrativa en un complejo sistema policial es, cuando menos, la demostración de la ineficacia por otras vías, que tienen que ser las políticas y no otras. En un sistema democrático sobran los espionajes.    Otro que tal baila, vamos, que le caen muy mal los funcionarios es el presidente de la CEOE, Juan Rosell, quien ha dicho que “hay que combatir a los empleados prepotentes e incumplidores…; es necesario evaluarles y decirles que trabajan para nosotros.” A Rosell hay que recordarle que él no es un funcionario, pero que repase bien las cuentas de todas las organizaciones de la CEOE y verá que tienen mucha pasta procedente de dinero público, el que, al final, sirve para pagarle a él. Y otra cosa: ¿acaso no hay empresarios prepotentes e incumplidores que encima perciben subvenciones públicas? Si abrimos el melón hay rodajas para todos.   Y más: muchos funcionarios no trabajan adecuadamente porque no les dejan los políticos, porque les ponen encima personas nombradas a dedo que no saben ni sumar, mientras el funcionario ha tenido que ganar su puesto por oposición. Después les tienen que aguantar, hasta que se cansan y se desmoralizan. Los políticos son muchas veces culpables de la desidia que tiene un buen número de funcionarios, sin olvidar que, ciertamente, como en todos los colectivos los hay muy irresponsables. Por cierto, ¿a cuántos han metido a dedo los políticos como asesores que después se han quedado en la administraciones para siempre?.   La consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, dijo hace unos días que los funcionarios eran lo mejor de la Comunidad. ¿A quién hacemos caso? Tal vez Pilar del Olmo los sabe motivar y León de la Riva los espanta. Podría ser. Sería cuestión de hacer un análisis muy profundo. Que se lo haga el CIS a León de la Riva para que descubra qué pasa, cuáles son las causas de tanto absentismo laboral en su ayuntamiento. A lo mejor le saldría más rentable que pagar a una agencia de espionaje. Y encima puede terminar como Murdoch.