Ambas formaciones sumarán 14 concejales (11 y 3, respectivamente) frente a los 12 ediles del Partido Popular (PP). El socialista y ex diputado regional Rafael Gómez Montoya será el alcalde del nuevo Ejecutivo de coalición y el portavoz de IU, Raúl Calle, el primer teniente de alcalde.
La llegada de la primera alcaldesa de Leganés el pasado día 16, durante el Pleno de investidura de la localidad, se empezó a gestar la semana antes por el desencuentro entre PSOE e IU, que fueron incapaces de llegar a un acuerdo de Gobierno, unas diferencias que inicialmente se atribuyeron al reparto de concejalías, pero que, finalmente, tuvieron su base en la carencia de negociación de "ejes programáticos", según explicó Raúl Calle.
Las elecciones del pasado 27-M se saldaron con una victoria de los populares, que consiguieron 12 concejales a costa de la caída de IU, (que pasó de tener cinco ediles a tres), la irrupción del independiente 'Unión por Leganés' (ULEG) en el abanico político leganense (que consiguió un edil) y el mantenimiento del PSOE, que repitió los once concejales de la anterior legislatura.
Esta situación forzaba un pacto de las izquierdas para arrebatar la Alcaldía a los populares. Tras varias reuniones y tomas de contacto se llegó a las 17:00 horas del día 16 con el desacuerdo como punto clave de las negociaciones.
El último 'órdago' de la coalición lo lanzó Raúl Calle durante el mismo Pleno de investidura, cuando advirtió de que sus tres concejales votarían en blanco "si no había acuerdo" con el PSOE.
El portavoz del PSOE, Rafael Gómez Montoya, no reaccionó y eso dejó vía libre a Guadalupe Bragado para conseguir el bastón de mando con el respaldo de sus 12 concejales.
Durante su discurso de investidura, Bragado aseguró que "sería la alcaldesa de todos" y recurrió al argumento del "consenso" en un intento por aunar a todas las fuerzas políticas de la localidad.
Y mientras Calle y sus dos ediles -Alarico Rubio y José Castejón- recibían una pitada, cuando se disponían a votar en el teatro del centro cívico 'José Saramago', nadie en el PSOE barajaba la posibilidad de una moción de censura.
Así lo expresó el número dos de los socialistas leganenses, Antonio García, quien reiteró en varias ocasiones que, con su acción, los ediles de la coalición habían roto un "pacto federal".
Al acto acudieron, entre otros, miembros de IU -como el número 2 de la lista a la Asamblea de Madrid, Gregorio Gordo-, del PP -como el portavoz del grupo parlamentario popular en la Asamblea, Antonio Beteta-, o del PSOE -como el ex secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Rafael Simancas-.
Tras derimirse el problema con la final investidura de Bragado, la presidenta regional, Esperanza Aguirre, -quien recibió la noticia por móvil-, acudió a Leganés para felicitar a la nueva regidora.
Un día después de la inesperada investidura, Bragado comenzó a trabajar. Llegó a su despacho a las 8:00 de la mañana y mantuvo una reunión con los mandos policiales, mientras su equipo comenzaba a elaborar sus principales ejes de programa.
La supresión de la Tasa por la Recogida de Basura ('ecotasa'), la designación de los miembros de la Junta de Gobierno y chequeo del estado de las arcas municipales formaban parte de algunas de sus primeras actuaciones.
Los cruces de acusaciones se sucedieron durante los días siguientes, aunque el primer paso para deshacer la situación lo dio IU, cuyo portavoz anunció el día 19 -tres días después del Pleno- la disposición de la coalición a respaldar una eventual moción de censura conjunta con el PSOE.
"IU tiene la absoluta disposición para recuperar la Alcaldía", esgrimió la coalición en un comunicado, convencida de que el desacuerdo se debió a la falta de consenso en los "progamas". A pesar de ello, la presidenta de la comisión gestora del PSM, Cristina Narbona, supeditó la posibilidad de una moción conjunta a que IU remitiese por escrito los términos del acuerdo.
El pasado día 27, los dos portavoces del PSOE e IU presentaron en el registro del Ayuntamiento la moción de censura. Salieron del Consistorio por separado, pero con la convicción de que Leganés "merece un Gobierno de izquierdas".
Durante la rueda de prensa posterior, ninguno de los dos habló de reparto de concejalías ni de lo que había cambiado con respecto al día 16 para rubricar ahora el acuerdo. Ambos se limitaron a informar de que el futuro Gobierno adoptaría todas las decisiones de "manera colegiada" mediante la creación de una Junta de tenientes de alcalde, un acto que respaldaron, con su asistencia, Cristina Narbona y el coordinador general de IU en la Comunidad de Madrid, Fernando Marín.
El motivo para validar el voto de censura, según justificaron los portavoces locales, era "el desacuerdo" con la política del Ejecutivo local. La primera reacción de los populares fue ofrecer -esa misma mañana- una rueda de prensa a la que asistió el secretario general del PP madrileño y consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, quien calificó la moción como "uno de los episodios más sórdidos, oscuros y vergonzantes de la historia de la democracia del país".
También compareció la alcaldesa, quien visiblemente enojada calificó la iniciativa como "un escándalo". "Esto demuestra que no les importa lo que les preocupa a los ciudadanos y que sólo les importa aferrarse al poder a cualquier costa", declaró.
Bragado lamentó que la censura llegase con apenas diez días en el Gobierno, aunque la moción encontró el respaldo de una treintena de asociaciones y entidades ciudadanas que, el pasado día 3, se concentraron en la ciudad. Los detractores de la medida también acordaron movilizarse hoy.
Los términos del acuerdo entre PSOE e IU que posibilitaron la moción de censura establecen que la coalición izquierdista gestionará las concejalías de Urbanismo, Cultura y Educación, y que dispondrá de la primera y cuarta tenencia de Alcaldía. Además, dos de sus concejales podrán asistir a las Juntas de Gobierno.
Si (
No(
