Profesores del Distrito temen por su vida

Claudia Leyton, de 30 años de edad y quien se desempeña como docente, fue herida por varios disparos cuando se dirigía a la escuela de niños sordomudos en la que labora, ubicada en la localidad de Ciudad Bolívar (Bogotá). En la misma parte de la ciudad, otra maestra, que prefirió mantener su nombre en el anonimato, relata cómo tuvo que abandonar el colegio para el que trabajó (en el barrio Naciones Unidas), luego de que el rector de dicha institución fuera asesinado.

Dramas como los anteriores son los que tienen que enfrentar cientos de educadores a diario: debatirse entre el ejercicio de su profesión o su vida. La situación, que ya en numerosas oportunidades ha sido denunciada por gremios sindicales y organizaciones como la Federación de Nacional de Educadores (Fecode), y la Asociación de Distrital de Educadores (ADE), es cada vez más crítica. La mayoría de amenazas o situaciones de violencia que rodean las aulas en el Distrito Capital, están relacionadas con intimidaciones provenientes de jíbaros (expendedores de drogas) y sicarios que se dedican al microtráfico de estupefacientes. En lo corrido del presente año, se han presentado 30 casos de amenazas más que los reportados el año pasado, mientras que el mismo número de docentes han solicitado el traslado, alegando la inseguridad a la que se ven expuestos en el cumplimiento de su deber.

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