Off the record - 20 julio 2007

ANTONIO VÁZQUEZ: UN ÉXITO BIEN TRABAJADO

No es fácil –tampoco es imposible– que falle la operación de IMPERIAL sobre ALTADIS, porque, con todo su diseño financiero manifiestamente mejorable, es una buena decisión, que dará lugar a la segunda tabaquera de Europa y cuarta mundial. Las fuentes aseguran que CVC presentará una oferta económica mejor, pero sigue sin responder la pregunta del millón: ¿con qué socio, propio del negocio?

En todo este proceso, Antonio Vázquez está manteniendo muy bien la cohesión con Jean Dominique Comolli. Han jugado bien a subir el precio. En cinco meses, la acción de ALTADIS se ha revalorizado casi un 24 %.

Incluso ahora, al aceptar la oferta de IMPERIAL de forma condicionada a que no aparezca otra mejor. El fondo que gestiona Javier de Jaime en España tiene la palabra. CVC quiere tomarse su tiempo y en septiembre puede ser tarde.  

De prosperar la oferta de IMPERIAL, todo indica que Vázquez y Comolli entrarán en el proyecto, no sólo como consejeros sino con responsabilidades concretas. Vázquez ha demostrado que sabe más que nadie del tema de cigarros, así que es lógico que Imperial Tobacco le haya ofrecido convertirse en CEO del nuevo grupo para el negocio de cigarros y logística.

GONZALO PASQUAL: CRÓNICA DE UN ÉXITO ANUNCIADO

Los altos ejecutivos y empresarios españoles están de moda en los mercados globales. Otro muy significativo es Gonzalo Pasqual, el gallego presidente de Spanair y socio en infinidad de empresas turísticas de otro gallego de éxito, hoy nada menos que presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán.

La partida de mus que, desde hace tiempo, juega Gonzalo Pasqual en el sector del transporte aéreo se abrirá espacio en los manuales de “casos” de las escuelas de negocios.

Pasqual preside Spanair, pero la compañía es propiedad de SAS, que quiere venderla. Se daba por supuesto que la compraría el grupo Marsans, también presidido por Pasqual, pero la jugada se ha bifurcado en dos (por ahora) direcciones.

¿De verdad Marsans quiere comprar Spanair o tiene los ojos puestos en el bocado mayor, esto es, Iberia? Y al revés. ¿Es o no ajena SAS a la aparición en escena de Lufthansa y TAP repentinamente interesados por Spanair?

Los movimientos de piezas se van a complicar a partir de ahora en torno a Iberia y Spanair, y vendrán de todas las direcciones, pero un extraordinario conocedor del sector asegura: “Ni la menor duda. Gonzalo Pasqual será muy pronto el hombre fuerte del sector del transporte aéreo en España”.

ENTRECANALES: UN ERROR CORREGIBLE

Tiene gracia lo de los “problemas de comunicación” de ACCIONA. No son problemas de gestión de la comunicación, sino de simple estructura lógica. Tras las maniobras de la Oficina Económica de La Moncloa, inevitablemente afloradas por la Prensa, hay un problema estrictamente político.

No le perjudica a Acciona el asalto empresarial a una pieza tan atractiva como ENDESA, sino la percepción pública de que Acciona se ha prestado a servir de agente al intervencionismo político de La Moncloa sobre la actividad empresarial. Así que el problema es político, no de comunicación.

¿A quién en su sano juicio se le ocurre pretender resolverlo poniendo la comunicación en manos políticas? ¿No es demasiado ostensible la intencionalidad de apaciguar al PP mediante un político afín a José María Aznar, con quien fue ministro?

Pero además no tiene sentido, porque el “caso Endesa” es uno de los más serios, y que traerán más cola, de la etapa de Rodríguez Zapatero. En la dirección del PP son conscientes de que en este asunto han mordido en zona sensible y sería absurdo que aflojasen las mandíbulas.

Justito al revés, no más, ahora que México vuelve a estar de moda en España, lo que es muy bueno para los dos países. ACCIONA tendría que haber intensificado la estricta profesionalización de su área de comunicación y alejarla del mínimo aroma político. 

Tampoco era tan difícil de explicar el diálogo con La Moncloa. Al fin y al cabo, José Manuel Entrecanales no ha hecho más que lo propio de un empresario responsable, que es llevarse bien con el poder político de turno.

Era suficiente con demostrar que no le hacía a ese poder político ni recibía del mismo favores de tapadillo. Pero eligió el mal camino de querer hacer política a dos manos. En el capítulo cuarto de la Economía Social de Mercado, de Erhardt, puede encontrar sabias reflexiones, con valor permanente, al respecto.

Va de empresarios. Porque no hay tal “guerra Mediapro-Sogecable”, que sería una cuestión empresarial, interesante, objetivable y siempre abocada a la solución, porque una terca falta de acuerdo acabaría haciendo un serio agujero en las cuentas de ambas importantes empresas.

Es mucho el dinero comprometido con los clubes. Sin acuerdo peligrarían las trasmisiones de los partidos. ¿Cómo rentabilizarían Mediapro y Sogecable ese dinero? Pero es que la guerra, más allá de las empresas, tiene nombres y apellidos, y ahí es donde las cosas pudieran llegar a enconarse.

Jaume Rouras, el presidente de Mediapro, ha plantado sus reales, y bueno es Jesús de Polanco para que alguien le entre de esa manera en su terreno. No conviene llamarse a engaño, es un conflicto entre dos primerísimos espadas, que no ocupan el mismo espacio, porque hay matices sustanciales.

Polanco es el gran patrón mediático del centroizquierda español. Claro, en el centroizquierda está el PSOE, pero no sólo el PSOE, y eso lo jugaba bien y con sutileza Felipe González.

Rodríguez Zapatero es más rústico en los juegos de alianzas. Es de “conmigo, y sólo conmigo, o contra mi”. A esa exigencia es difícil que entre Polanco. El presidente de Prisa ya dijo en público, nada menos que en junta general de accionistas, que le encantaría poder apoyar también a un derecha modernizada y europea. En cambio, Rouras no le hace ascos a la idea de ser el gran patrón mediático del socialismo español. Rodríguez Zapatero se entiende mejor con Rouras.

En la batalla se juegan los derechos del fútbol, que es una gran tajada. Pero al final del final, se juega mucho más. Así que el escenario de operaciones promete sobresaltos y emociones fuertes.  

BUENA Y MALA EDUCACIÓN CÍVICA

No hacen falta sofisticados análisis para descubrir la estrategia del gobierno en torno al conflicto abierto por la asignatura obligatoria de Educación para la Ciudadanía. Las objeciones de conciencia que presenten padres de alumnos tendrán que ser resueltas por las Comunidades autónomas.

Verde y con asas, botijo. Una vez más el juego de la confrontación. Impuesta la obligatoriedad de la asignatura para la obtención de los títulos académicos –lo dijo bien claro la vicepresidenta Fernández de la Vega– se pone el trámite en los gobiernos autonómicos. División a la carta, para luego esgrimir eso de la “crispación”, allí donde el PP refleje la mayoritaria oposición ciudadana al adoctrinamiento desde el poder.

Rajoy no ha entrado al trapo y ha estado prudente y riguroso: el PP cumplirá la ley mientras lo sea, y la derogará si gana las elecciones y vuelve al poder. Eso es importante y está en el buen camino: las leyes son para cumplirlas, y para cambiarlas democráticamente cuando son inadecuadas.