La verdad, es que este viernes la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, lo tenía ‘a huevo’ para introducir una cuña ácida contra el PP y su líder, Mariano Rajoy. La dimisión de Josep Piqué como presidente del PP catalán era evidente que podría ser utilizada como ‘ariete’, y así ha sido en la habitual rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.
Como era de esperar, De la Vega fue interpelada al respecto y su respuesta fue concluyente: “Es una decisión personal que hay que respetar. Es un asunto interno de un partido político en el que el Gobierno no puede ni debe entrar…”, era el inicio ‘aséptico’ de la vicepresidenta, pero seguido del mazazo profundo, “... teniendo en cuenta que se encuentra en sus horas más bajas y que se encamina hacia una radicalización que cada día parece más evidente”.
Luego, claro, el resto de cuestiones políticas que el PP, y Rajoy más personalmente, ha protagonizado durante esta semana, como la polémica creada con la reforma de la Ley Electoral propuesta por el líder del PP. Para De la Vega, las propuestas, o, más bien, enunciados, de reforma electoral y de la fiscalidad “son aventuras poco responsables” lanzadas por Rajoy, pero sin desarrollar. Es más, hubo algo así como burla en el tono de la vicepresidenta cuando recordó a los periodistas que el ‘desarrollo’ de la propuesta de reforma electoral lo hará la FAES de José María Aznar. “Cuando nos llegue completa, la estudiaremos”, dijo.
Y tercer punto para atizar al PP: la reciente sentencia del Tribunal Supremo sobre el ‘caso Bono’, que, según De la Vega, “viene a evidenciar que los agentes de la policía actuaron con todo rigor y con toda profesionalidad, porque hubo un intento de agresión”. Y exigió pidió, claro, que el PP “pida ante todo disculpas a los policías, al delegado del Gobierno y al Gobierno de la Nación, al que vilipendiaron”.
La nota… digamos ‘curiosa’ la puso una reportera de un canal de televisión que, amparándose en las declaraciones de tres ministros británicos sobre que habían consumido marihuana en su juventud, preguntó tanto a De la Vega como a la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que la acompañaba, que si ellas también habían fumado ‘porros’.
Silencio administrativo hubo, aunque con moraleja: “Hay que lanzar un mensaje claro y nítido, sobre todo a los más jóvenes, respecto a que el consumo de drogas es perjudicial para la salud”, dijo De la Vega, que pidió que “se evitase lanzar mensajes equívocos” a los jóvenes. “Existen riesgos importantes en todo tipo de drogas”, alegó Narbona, quien añadió que ése es el mensaje que hay que lanzar en estos momentos “más allá de cualquier situación personal en el pasado”.
Pero, ¿fumaron o no fumaron porros en su juventud la vicepresidenta y la ministra? Claro, que ¿a quién le importa? Forma parte, sin duda, de su vida personal.
Si (
No(
