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Misa Solemne en la Catedral, presidida por Antonio María Rouco

"La clave para comprender la historia de la humanidad es en sus relaciones con Dios", dice Rouco

viernes 08 de diciembre de 2006, 15:58h
El Cardenal-Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha asegurado en la celebración de la misa de la Inmaculada Concepción que "la clave para comprender la historia de la humanidad es sus relaciones con Dios", a pesar de "la manipulación y negación que de Él el hombre hace constantemente".

En la homilía de la eucarística, celebrada en la catedral de la Almudena de Madrid en honor a la Inmaculada Concepción de Santa María Virgen y a la que asistieron cientos de personas, Rouco Varela destacó que el curso de la historia humana se asemeja a un caminar "en zig-zag a la búsqueda de Dios".

"La pretensión de intercambiar a Dios por los ídolos fabricados por el hombre desemboca irremisiblemente en fracasos históricos", añadió el cardenal quien aseguró que las dos guerras mundiales y los totalitarismos del siglo XX "alimentados por el laicismo radical y la negación de Dios ponen en evidencia a dónde lleva a la sociedad el desligarse de la ley natural, fundada en la recta razón y en el patrimonio espiritual y moral".

En este sentido, Rouco Varela elogió la invitación "insistente" del Papa Benedicto XVI al diálogo entre el pensamiento cristiano y el laicismo europeo, y "máxime, -continuó-, cuando ambas se encuentran ante el reto cultural, religioso y humano del fundamentalismo islámico".

Durante la homilía, el cardenal también hizo referencia al relato del pecado de la lectura del Libro del Génesis en que Adán y Eva desobedecen a Dios e inician la "historia de pecado que va a llevar al hombre una y otra vez a su ruina espiritual y física".

A juicio de Rouco, esta tentación de pecar llega hasta el punto de que el hombre se "autoconsidera y autoproclama así mismo como Dios", y la última instancia sobre lo que es bueno y lo que es malo.

"La virgen María Inmaculada será la respuesta de Dios y la victoria del hombre sobre el pecado pues ella es la Luz de Dios que embarga la historia, el presente y el destino futuro del hombre". Y concluyó que es a través de la María Inmaculada, "la puerta de la Esperanza por donde se llega a Dios fácilmente".
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