Sigue la fiesta

La bolsa subió esta semana atípica de puente un 3 por ciento para cerrar muy cerca ya de los 14.100 puntos. Está claro que los inversores no se dejan desanimar por nada y algunas razones para el pesimismo habría que anotar. El petróleo ha vuelto a repuntar de forma preocupante, el euro está altísimo, los tipos de interés han vuelto a subir y están ya en el 3,5 por ciento. No desalienta nada, a pesar de que el precio del dinero va a seguir escalando posiciones, según anuncia el BCE, porque la inflación del conjunto de países de la eurozona no está controlada, y las exportaciones se van a complicar.

En España, el desempleo ha repuntado y el sector exterior sigue arrojando datos para la incertidumbre. En cuanto al impacto del dinero más caro en el endeudamiento de las familias y empresas parece no preocuparle al Gobierno. La subida de los tipos al 3,5 por ciento tendrá sus consecuencias positivas sobre la economía sí, ya que le hará al Gobierno los deberes que es incapaz de hacer, pero hará un agujero en el bolsillo de los ciudadanos. De hecho, la morosidad que estaba en mínimos históricos ha despertado dejando claro que muchas familias soportan ya con dificultad los pagos de las hipotecas. El viernes la vicepresidenta aseguraba que no será "excesivo" el impacto en los presupuestos familiares. La corrigieron las asociaciones de consumidores, los sindicatos y numerosos expertos. Pero, el Gobierno a lo suyo, que es no hacer nada, que la inercia continúe o se lo arreglen fuera. Anuncia más gastos y no corrige el fraude fiscal.

Muchos se preguntan dónde está Solbes y la solvencia que iba a poner a este gobierno que ha dado muestras sobradas de incapacidad y de intervencionismo empresarial, pero escasa racionalidad y mucha proclama de ¡fiesta, fiesta!. No pasa nada hoy, quizás tampoco mañana, pero hay muchas razones para la preocupación y muchas estadísticas que necesitan ser corregidas con medidas. Hablan de alarmismo, pero si no corrigen la inflación, si no controlan el gasto y las exportaciones se complican por la escalada del euro, quizás pasado mañana sí pasarán cosas y ninguna buena. Y ojalá la burbuja inmobiliaria se vaya corrigiendo suavemente y el efecto riqueza que está atenuando el pesimismo de las familias no desaparezca de golpe.