El ecuatoriano Jefferson Pérez se consagró como uno de los más grandes marchadores de toda la historia con su tercer oro mundialista en los 20 kilómetros marcha de Osaka, por tercera vez consecutiva.
Pérez, poseedor del mejor registro del mundo en la especialidad, terminó con una ventaja de 20 segundos sobre sus perseguidores, a quienes dejó atrás cuando faltaban dos kilómetros para llegar a la línea de meta.
En una final cargada de controversia, la plata fue para el español Francisco Javier Fernández, "Paquillo", mientras que el bronce terminó en manos del tunecino Harem Ghoula.
Originalmente "Paquillo" había sido descalificado por una supuesta falta cometida a tan sólo centímetros de cruzar la meta.
Otro representante de la región, el mexicano Eder Sánchez, cuarto, por momentos tuvo la impresión de que asistiría a la ceremonia de premiación.
Pérez, quien además viene de ganar el oro en los pasados Juegos Panamericanos de Río, explicó cuál fue la estrategia que utilizó para volver a obtener el triunfo.
"Comencé a luchar desde el primer kilómetro, porque algo que aprendí durante estos 20 años es que hay que entregar respeto y honor a cada uno de los rivales. Los favoritos no existen en la pista. En la pista existen hombres y hay que darle el respeto a cada uno de ellos. Para mí cada uno de ellos era favorito".
A dos kilómetros de meta, Pérez demostró su enorme clase, se deshizo de su habitual gorra blanca y se marchó decidido a meta. Ghoula siguió su estela a distancia y 'Paquillo', apretando el gesto, detrás.
El ecuatoriano entró en el estadio para coronarse campeón y seguidamente Ghoula y Paquillo separados por escasos metros.
Al preguntarle si se consideraba una figura digna de brindar inspiración a los latinoamericanos, expresó que la región no necesita campeones olímpicos.
"Latinoamérica necesita líderes, líderes honestos, con dignidad. Líderes que estén dispuestos a dar su vida por defender los principios de respeto, honor y cada uno de aquellos principios que nos enseñó mamá y papá. Esos líderes necesita y debe tener Latinoamérica", señaló.
Hay que señalar que Pérez además tiene una fundación que lleva su nombre y de la cual es director. Con ella busca promover la educación en su país y brindar asistencia médica tanto a los niños como a los más necesitados.
Su impresionante carrera deportiva, sin embargo, también está llegando a la línea de meta.
"Este es mi último mundial y espero dios mediante poder llegar el próximo año a las olimpiadas, pero creo que este es ya mi último mundial".
La alegría por su actuación en el Campeonato Mundial de Osaka no se limita al hecho de haber logrado su tercer oro consecutivo.
"Más que todo siento paz. De haber hecho bien las cosas y no haberle fallado a mi equipo", dijo.
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