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Un militar constitucionalista

Un militar constitucionalista

jueves 28 de febrero de 2013, 13:12h
Conozco al general de división de Infantería de Marina Juan Antonio Chicharro Ortega desde hace muchos años. De hecho, nos une una larga amistad, que se remonta nada menos que a los tiempos del colegio. Siempre le he considerado un militar escrupulosamente constitucionalista, un hombre de fidelidad intachable al Rey -sirvió en La Zarzuela-y un enamorado de su trabajo. Somos amigos por encima de ideologías, pero seguros ambos de que el otro, aunque a veces discrepemos, quiere lo mejor para una España democrática. He dicho democrática. El, desde su terreno; yo, desde el mío. Y siempre en diálogo.
 
Jamás se me hubiese ocurrido pensar que Juan Chicharro preconizase un golpe de Estado bajo ninguna de las formas posibles de una intentona involucionista; nada más ajeno a sus planteamientos, pienso. Por eso, me sorprendió no poco leer este jueves en 'El País' , de la pluma de un compañero al que siempre respeté por su rigor, que mi amigo el general había desarrollado "una teoría justificativa del golpe de Estado" en el curso de una conferencia en la Gran Peña de Madrid, "un club de rancio aroma frecuentado por militares retirados" (mi padre, civil de toda la vida, fue tesorero en la junta directiva de ese 'rancio' club). De hecho, fui invitado a asistir a esa conferencia, bajo el título 'Fuerzas Armadas y ordenamiento constitucional', y lo hubiese hecho con gusto, pero al final me resultó imposible.
 
Sí conocía, en cambio, el tenor de la conferencia, dictada sin duda en un momento de preocupación por la marcha del país (no creo que tal preocupación sea exclusiva de los militares) y guiada por una obsesión por ajustar el discurso a los términos más puramente acordes con la Constitución. ¿Cómo decir, entonces, que un militar escrupulosamente constitucionalista desarrolla una teoría justificativa del golpismo? Nada en sus palabras de aquel 6 de febrero en la Gran Peña, y he hablado con varios asistentes a la conferencia, pudo hacer pensar en que fueron pronunciadas por un espíritu golpista...excepto que el transmisor de la información a mi colega quisiera dar un sesgo intencionado a la misma.
 
De hecho, no deja de resultar curioso que el hecho se produzca un día 6 y no sea publicado hasta veintidós días después. ¿Qué ha ocurrido en ese tiempo para que quien asistiese con bloc y bolígrafo al evento haya decidido 'filtrarlo' ahora, y de manera malintencionada a un buen y fiable periodista, que sin duda no tenía por qué dudar de la fiabilidad de quien le transmitía la 'noticia'? Pues eso: que posiblemente alguien escuchase en los mentideros castrenses -o civiles-que se barajaba el nombre de Chicharro para tal o cual destino -está en la reserva, pero no retirado-y ese alguien, o algún superior de ese alguien, decidió boicotear esta posibilidad.
 
Es simplemente una hipótesis de trabajo que, desde luego, ni he discutido ni pienso hacerlo con mi amigo Chicharro, a quien considero uno de los militares vocacionales mejor preparados que conozco, en un mundo en el que, por cierto, abundan los militares preparados. ¿Que esta  hipótesis mía puede figurar en los anales de la obsesión conspiratoria? Puede, pero no me negará usted que tengo cierto derecho a pensar en que cosas raras sobrevuelan el ambiente cuando aún no sabemos ni la procedencia de los '`papeles Bárcenas', ni la extensión del espionaje de los 'detectives' de 'Método 3', ni por qué una señora llamada serenísimamente Corinna se ha lanzado a hacer declaraciones a troche y moche, ni...¿Sigo?
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