El Gamonal es Ciudad Real

Toda España mira con el corazón encogido al barrio obrero del Gamonal, en Burgos. Muchos somos los que hemos llorado con rabia e impotencia delante de las pantallas de nuestros ordenadores al ver cómo la policía, bajo las órdenes de un Ministerio de Interior inhumano, perseguía portal a portal a los trabajadores y las trabajadoras de un barrio que no quiere imposiciones de un alcalde prepotente. 

Muchos somos también los que en estos días admiramos la lucha y la organización de un pueblo que, sobre todas las cosas, no deja que le arrebaten su dignidad. Gamonal ha conseguido, una vez más, demostrarnos que sí se puede.

Toda España, digo, mira hacia Gamonal en estos días. Y vivas donde vivas no es difícil sentirse identificado. Barrios deprimidos, olvidados, arrasados por el paro y la precariedad. Jóvenes sin futuro que se marchan poco a poco. Familias desahuciadas de sus viviendas. Desesperanza generalizada que inunda a todo el barrio y a todo el país. Ciudad Real tiene muchas cosas en común con el Gamonal. Tiene mucho en común con Burgos. El bulevar de la calle Victoria, tan ampliamente rechazado, me recuerda demasiado a proyectos que se han desarrollado aquí y que también suscitaron la oposición frontal de los vecinos y vecinas. La ampliación de la Zona Azul, las obras del Prado o la peatonalización de la Avenida del Rey Santo, realizada por capricho de Díaz de Mera, influyente empresario de la construcción, son solo algunos ejemplos de ello.

Pero además, si en Burgos tienen a Lacalle, nosotros también tenemos una alcaldesa que con la soberbia propia de los caciques ignora sistemáticamente a su pueblo, haciendo oídos sordos a los gritos de millares de personas contra sus obras injustas e innecesarias. En Burgos las movilizaciones se mantuvieron por meses, pero no fue hasta ayer, cuando el terror policial que inundó el Gamonal por orden del señor Fernández Díaz demostró ser inútil para acallar a la gente, que el alcalde se ha dignado a sentarse con los vecinos para negociar. Al igual que su compañero de partido, Rosa Romero sigue ignorando más de 10.000 firmas que elevaron un NO rotundo a la ampliación de la zona azul en Ciudad Real y que exigían participación en las decisiones que afectan a todos y a todas. Hasta la fecha, las decenas de asambleas ciudadanas, las movilizaciones, las protestas en internet, en la calle o a través de los medios de comunicación han sido despreciadas y ridiculizadas por una alcaldesa sorda que hace tiempo debería haber dimitido, y que estas últimas semanas ha quedado definitivamente al descubierto con su frustrado autoenchufe en el Ayuntamiento.

No son las únicas sombras que compartimos con la capital burgalesa. Méndez Pozo, el empresario promotor de la polémica reforma en el Gamonal, protegido del alcalde Lacalle, socio del empresario de la Gürtel José Luis Ulibarri, amigo de José María Aznar, condenado a 7 años de cárcel por corrupción (y después indultado por el propio Aznar) también nos visita de vez en cuando. Además de ser dueño de La Tribuna de Ciudad Real, ha invertido de la mano de otros empresarios locales como Díaz de Mera en proyectos especuladores que desde esta formación siempre hemos denunciado, y que han supuesto la ruina para esta región, como el Aeropuerto de Ciudad Real o el proyecto de parque temático-casino "El Reino de Don Quijote", nuestro Eurovegas particular. El periodista Ignacio Escolar nos recordaba muy acertadamente en un reciente artículo de opinión que además sus empresas están entre las principales deudoras de la quebrada Caja de Castilla-La Mancha. Si alguna vez buscan culpables de la crisis terrible que vive nuestra región y nuestra ciudad, les sugiero que recuerden estos datos.

Hasta ahora, la impunidad ha reinado. Lacalle, Méndez Pozo o Romero se ocultan en un enjambre de relaciones institucionales y privadas que se entrecruzan de forma compleja y discreta, oculta al común de los mortales. Pero por donde el Partido Popular y su cohorte de intereses privados han pasado, planea siempre la sombra de la Gürtel y el caso Bárcenas, la sombra de empresarios y ricachones que viven del dinero público que unos disponen para los otros y que existen porque viven a nuestra costa. En Ciudad Real hasta ahora, Romero y los de su clase han hecho y deshecho a su antojo. En los últimos tiempos eso ha dejado de ser así. Pero además, estoy convencido de ello, los ciudadrealeños tomarán ejemplo de ese barrio de orgullosas obreras que hasta ahora nos era desconocido y que ya no olvidaremos. El Gamonal ha demostrado que luchando se puede ganar, que perseverando la victoria es posible y que no hay poder humano para contener la dignidad.

Angel Aguas

Coordinador Local de IU en Ciudad Real