"He tenido opciones de pasar a la política tanto aquí como en Madrid"

R.- Sorprendente. Quedan muy pocos meses de legislatura. El panorama político está complicado, no voy a hacer previsión porque siempre he sido muy malo como gurú…

Ha sido un consejero, y no dudo de su buena voluntad, que ha sometido al sistema educativo a un nivel de recortes que ha perjudicado no solo a la universidad. Hablo de la masificación de clases, el cierre de escuelas rurales, las horas que han de impartir mis compañeros de enseñanzas medias…

Es un error pensar que solo se trabaja dando horas de clase. Recuerdo a Esperanza Aguirre diciendo “¿De qué se quejan? ¿De trabajar 20 horas?”. Es que yo nunca he pensado que Esperanza Aguirre solo trabaja cuando da discursos. Marcial Marín no ha entendido la vocación del docente o quizás entre la prioridad económica y el futuro educativo de los castellano-manchegos ha podido lo urgente sobre lo importante.

R.- Con un nuevo gobierno a cualquiera le doy un voto de confianza porque lo hemos decidido los ciudadanos. Espero que cambien.

R.- Sí, la tengo. Que cambie radicalmente. Gobiernos socialistas del pasado, con sus errores, que por eso perdieron elecciones, a la universidad y al sistema educativo les han atendido mucho, mucho. Se creó la universidad que muchos no veían.

Espero que el nuevo gobierno nos apoye. La nueva consejera es una profesional de la educación, que no quiero decir que siempre tenga que serlo, pero si quiere saber de qué va la Consejería es mejor. Sabe de qué va esto. Ha sido profesora, delegada del ramo, tiene un currículum que demuestra que al menos sabe por dónde va la guerra.

R.- Muchos universitarios han hecho política. Gente como Rubalcaba o Barreda. Me figuro que José García Molina tendrá una especial sensibilidad por la universidad.

R.- Yo no creo que deba dar miedo ningún partido político por el que voten los ciudadanos. Y quizá suena muy polite (educado).

Creo que los ciudadanos han expresado claramente, y no sólo en Castilla-La Mancha, que no se sentían representados. Se han dado muchas circunstancias de corrupción que han hecho que la sociedad se movilice. Dejamos, a diferencia de Estados Unidos, demasiadas cosas en manos de los políticos. No existe la participación. Pero no tienen que dar miedo. Representan lo que parte de la población quiere, no hay que olvidarlo.

¿Qué si son radicales? Bueno… ¿Con respecto a quién? En otros países serían socialdemócratas moderados. Depende de con qué se compare.

R.- Es que tiene muchas. Lo primero volver a abrir las escuelas rurales. No podemos pedir a la gente que no se vaya del medio rural y quitarles todos los servicios. Desde ahí, todo lo que pille por medio, terminando en la universidad donde hay que afrontar dos problemas graves.

Por un lado, las nuevas titulaciones están cogidas con alfileres. No podemos contratar profesores más allá de la tasa de reposición. Y en los centros más antiguos que heredamos se han jubilado muchos profesores y están temblando.

Todo está basado en asociados, gente de prestigio contratada para dar hasta seis horas de clase a la semana y lo que se está haciendo es usar su figura para la docencia normal. Eso no puede ser.

P.- ¿Le han ofrecido formar parte del gobierno de Emiliano García-Page?

R.- Ja, ja, ja… ¡Uy!...Eso nunca lo contestaré

R.- Nunca he sido político y a lo largo de estos años tanto en Madrid como aquí alguna opción he tenido. Nunca he salido de la universidad. No digo que nunca lo haré. Me considero docente. Estoy muy a gusto.

P.- ¿No ha hablado con García-Page?

R.- He hablado con él pero para otras cosas.

R.- La universidad más allá de la docencia tiene unas capacidades de captación de fondos, de promoción, de incentivación del tejido industrial que no se han utilizado. Los ayuntamientos son parte de ello.

La universidad puede ayudar sin entrar en competencia con la empresa privada. Tenemos que tener más presencia social.