Todas las marchas han sido anuladas en virtud del estado de emergencia declarado por el Gobierno francés tras los atentados del 13 de noviembre en la capital, que dejaron 130 muertos.
Los activistas critican que los agentes se han aprovechado de este estado excepcional para poner a 24 de sus compañeros bajo arresto domiciliario y están convencidos de que son objetivo específico de las autoridades.
La Prefectura de París ha informado de que un centenar de personas han sido detenidas.