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Los republicanos se juegan la mayoría en el Senado pero mantendrán la Cámara
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(Foto: EP)

Los republicanos se juegan la mayoría en el Senado pero mantendrán la Cámara

martes 08 de noviembre de 2016, 11:28h
El control del Senado es clave a la hora de aprobar al nuevo juez del Tribunal Supremo

Los republicanos se juegan este 8 de noviembre, además de su vuelta a la Casa Blanca, mantener la mayoría de la que gozan en ambas cámaras en el Congreso. En el caso de la Cámara de Representantes, todo apunta a que es poco probable que pierdan su cómoda mayoría, pero en el Senado los demócratas tienen opciones reales de recuperar el control, más si al final es elegida Hillary Clinton como presidenta.

De los 100 escaños con que cuenta la Cámara Alta, en estas elecciones están en juego 34. Para que los demócratas recuperen el Senado, que perdieron en las elecciones de mitad de mandato en 2014, necesitan revalidar los escaños que ya tienen y que están en juego ahora y arrebatar cinco a los republicanos (cuatro si gana Clinton, ya que el vicepresidente es también el presidente del Senado).

A favor de que esto ocurra juegan varios factores. El primero de ellos es que los republicanos se juegan 24 de los 34 escaños en liza y que de los nueve escaños que se considera como más disputados, seis están ocupados por republicanos en su primer mandato que fueron elegidos en 2010 y a los que, teóricamente, les sería más difícil revalidarlo que a otros senadores más veteranos.

Además, las elecciones al Senado coinciden con las presidenciales, lo que eleva la participación y hace más difícil para quienes tienen que revalidar su escaño lograr los votos necesarios. En general, un buen resultado del candidato presidencial de un partido suele impulsar a los congresistas de su formación.

De acuerdo con la web especializada Cook Political Report, los demócratas estarían actualmente en disposición de arrebatar entre cuatro y seis escaños a los republicanos, lo que les devolvería el control del Senado.

Por su parte, el blog Bola de Cristal de Sábato (Sabato's Crystall Ball) del Centro para la Política de la Universidad de Virginia considera que los demócratas tienen "una opción decente" de arrebatar cuatro escaños a los republicanos y recuperar el control del Senado, contando con que Clinton gane y su vicepresidente, Tim Kaine, sea presidente de la Cámara y rompa el empate 50-50 que se produciría.

De acuerdo con el pronóstico que hace la web especializada FiveThirtyEight, los demócratas tienen un 49 por ciento de opciones de recuperar el Senado, mientras que a finales de octubre, antes de que el director del FBI anunciara una nueva investigación a Clinton por sus correos electrónicos --que finalmente ha quedado en nada--, sus opciones eran del 70 por ciento.

TRIBUNAL SUPREMO

Uno de los motivos por los que es importante controlar el Senado es que está pendiente el nombramiento del puesto vacante en el Tribunal Supremo dejado por el juez Antolin Scalia, fallecido el pasado 13 de febrero. La confirmación de su sucesor requiere el voto favorable de 60 senadores, lo que permite actualmente a los republicanos rechazar cualquier propuesta que haga al respecto el actual presidente, Barack Obama.

De hecho, algunos republicanos, incluido su líder en el Senado, Mitch McConnell, han defendido que la designación del sucesor de Scalia corresponderá al nuevo presidente y, por ende, al nuevo Senado.

La configuración del Tribunal Supremo sería clave en caso de que alguno de los dos candidatos optara por recurrir ante los tribunales el resultado de las elecciones, algo que no es descartable teniendo en cuenta lo ajustados que aparentemente se presentan y que Trump ya dijo que podría haber fraude y que podría no aceptar el resultado si él no es el ganador.

Dado que actualmente el Supremo está compuesto por cuatro magistrados designados por presidentes demócratas y otros cuatro por presidentes republicanos, cabría una posibilidad de que se produjera un empate, por lo que tendría que ser un tribunal federal de menor rango o incluso un tribunal estatal el que dirimiera la situación.

CÁMARA DE REPRESENTANTES

En lo que respecta a la Cámara de Representantes, los demócratas tienen un panorama menos prometedor por delante. Desde Sabato's Crystal Ball consideran "improbable que ganen los 30 escaños que necesitan para recuperar el control".

"Haría falta un tsunami electoral para que los demócratas derrotaran a suficientes republicanos para conseguir una mayoría de escaños en la Cámara", opina en el blog Alan I. Abramowitz. La única opción, según este experto, pasaría por que "ganaran el voto popular por al menos cuatro puntos de ventaja". En ese caso, lograrían una exigua mayoría de 218-217 en la Cámara de Representantes, la primera desde que perdieron las elecciones de mitad de mandato en 2010.

La principal preocupación para los republicanos, en todo caso, es la participación. La candidatura de Donald Trump a la Casa Blanca no es del agrado de muchos votantes republicanos, por lo que existe el temor de que estos opten por quedarse en casa y no votar, lo que afectaría al voto en las elecciones al Congreso.

Además, el hecho de que Estados Unidos cuenta con varias franjas horarias hace que si Clinton obtiene victorias en varios de los 'swing states', los estados más disputados, en la Costa Este, los votantes republicanos de la Costa Oeste, sobre todo en estados clave como California y Nevada, decidan no ir a votar.

MINORÍAS Y MUJERES

Un factor que se considera clave en estas elecciones, principalmente en las presidenciales y por añadidura en las del Congreso, es el voto de las minorías. Según destaca en un análisis FiveThirtyEight, actualmente el 87 por ciento de los republicanos en la Cámara de Representantes son hombres blancos no hispanos, frente al 43 por ciento de los demócratas pese a que en 2014 solo el 34 por ciento de los votantes eran hombres blancos no hispanos.

Las previsiones para estas elecciones de esta web especializada son que, de confirmarse lo que indican los sondeos, el porcentaje de republicanos de este grupo social en la Cámara será del 88 por ciento, mientras que en el caso de los demócratas bajará al 41 por ciento. "Independientemente de quien gane las primeras presidenciales entre un hombre y una mujer, el Congreso se dispone a alcanzar un nuevo récord de la mayor brecha demográfica partidista en la historia", afirma en su análisis David Wasserman.

El voto femenino también es importante. En el caso de las presidenciales, las mujeres apoyan mayoritariamente a Clinton, quien podría convertirse en la primera mujer presidenta en un país donde la presencia de las mujeres en la política todavía no alcanza los niveles que los hombres.

Según los datos del Centro para las Mujeres Americanas y la Política (CAWP), de la Universidad de Rutgers, del total de 34 escaños en juego en el Senado, solo quince tienen a mujeres en liza --quince demócratas y cuatro republicanas-- mientras que en el caso de la Cámara de Representantes hay 167 candidatas --120 demócratas y 47 republicanas--, un récord que supera las 166 candidatas de 2012.
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