En 2007 el número de ejecuciones en Estados Unidos llegó a su más bajo nivel en trece años, reveló este martes el Centro de Información sobre la Pena de Muerte (CIPM).
Añadió que durante el año el castigo fue aplicado a 42 asesinos, lo cual representa la cifra más baja desde 1994, año en el cual el número de ejecutados fue 31.
El castigo fue restablecido por el Tribunal Supremo de EEUU en 1976 y desde ese año han sido ejecutados 1.099 condenados, más de 400 de ellos en el estado de Texas.
Sin embargo, la pena de muerte entró en una virtual moratoria en septiembre, cuando el Tribunal Supremo decidió examinar cuestionamientos planteados contra el uso de la inyección como método principal de ejecución.
Esas críticas fueron presentadas por los abogados de dos condenados a muerte en el estado de Kentucky, quienes alegan que la inyección es un método anticonstitucional de castigo.
Por otra parte, esta semana el estado de New Jersey derogó el castigo y lo sustituyó por la cadena perpetua sin derecho a libertad para los convictos.
La derogación fue promulgada por el gobernador Joe Corzine el lunes después de conmutar la sentencia a muerte por prisión de por vida a ocho reos que esperaban su ejecución.
La pena de muerte, que todavía es respaldada por una mayoría de la población, según las encuestas, se ha hecho cada vez menos frecuente en este país debido a las críticas contra la inyección letal.
A esas denuncias se han sumado acusaciones de que se aplica más a los negros que a los blancos, sobre todo en los estados del sur del país.
Además, se ha denunciado que en muchos casos las ejecuciones fueron resultado de procesos judiciales plagados de errores o como resultado de una defensa legal incompetente de abogados asignados por oficio.
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