Estado presente y Estado ausente (en ambos casos donde no se debe)

Quienes nos gobiernan no han dejado de usar una muletilla cuando intentan atacar a la década del 90 o al infame neoliberalismo. Con tono épico hacen referencia al “estado ausente”. Es una muletilla de nuestro progresismo vernáculo, del que se ha vestido el kirchnerato, aunque también fue utilizada por el duhaldismo desde su visión productivista.
 
El enfoque progresista pretende un puro estatismo como elemento esencial del socialismo. El enfoque productivista quiere un estado con políticas activas de tipo proteccionista-industrialista, en beneficio no declarado de empresarios que no quieren la competencia. Por una razón o la otra, ambos quieren un “estado presente”.

La paradoja es que en estos últimos seis años hemos vivido efectivamente un estado presente y fuertemente intervencionista en la economía. Hemos sufrido un estado presente que desconoció la separación de poderes y que pisoteó instituciones, pero al mismo tiempo hemos tenido un estado ausente donde efectivamente se lo necesitó.

El estado argentino no brindó seguridad a sus ciudadanos. Tampoco mantuvo el orden público frente a los arbitrios de cualquiera que se atribuyera el derecho de cortar una calle, avanzar con capucha y palos o tomar un edificio público. El estado argentino ha descuidado, o más correctamente ha destruido, el sistema de defensa nacional. El estado no ha mantenido calles, ni caminos, ni hospitales, ni escuelas, no ha controlado la contaminación de ríos ni costas, ni ha logrado mantener limpias las ciudades. Allá donde justamente el estado debe estar, hemos tenido un estado ausente. Por lo contrario, donde se deben respetar la libertad, los derechos individuales y el derecho de propiedad, el estado ha intervenido, afectándolos.

Manuel Solanet
Presidente de la Fundación Futuro Argentino
www.futuroargentino.com.ar

El estado presente ha sido el de los congelamientos y controles de precios, el de la gradual destrucción del sistema jubilatorio privado, el de las reestatizaciones y el de los fideicomisos para hacer obras públicas con coimas y retornos. El estado presente ha contado con un soldado activo como Guillermo Moreno e instrumentos como Enarsa y Lafsa. Es el estado que le dice a los tamberos a que valor deben vender y que fija precios para la leche o el trigo, distintos según su destino. El estado presente es el que determina mediante retenciones, controles, multas o subsidios, la dicha o desgracia de cada uno. El estado presente es el que ha hecho crecer su gasto a un ritmo del 50% anual y los impuestos a un 35%. Es el estado que nos ha devuelto la inflación.
Estado presente y estado ausente: en la Argentina, el mundo del revés.