Año nuevo, la misma vida

Hay gente que no cambia aunque el calendario indique que ya es hora de modificar algo.

Al comienzo de cada año los políticos anuncian mejoras que no se creen ni ellos, y los gurús de la futurología sugieren beneficios y catástrofes, al cincuenta por ciento, de forma que siempre aciertan algo.

Este 2008 puede ser un año diez entre otras razones porque en gran parte depende de nosotros mismos, si somos emprendedores y como sociedad civil hacemos realidad lo que otros son incapaces de conseguir.

Criticar a quienes gestionan la cosa pública es un derecho al que no debemos renunciar, pero también hay mucho cantamañana que ve los toros desde la barrera y que no hace nada porque las cosas vayan mejor.

Lo de los buenos propósitos y mejores intenciones es un tópico recurrente que sirve de coartada a quienes saben que no tienen voluntad y a veces tampoco capacidad para hacer algo distinto a lo que vienen haciendo desde que tienen memoria. Sé de algunos  a los que se les ha hundido el suelo porque ahora en vez de su mediocre rutina anterior tienen todo el tiempo desocupado y no saben qué hacer, porque nunca hicieron nada de provecho, e ir con la bolsa a hacer recados es su presente y previsible futuro.

Yo les ofrezco un par de sugerencias.

Pueden grabarse un video doméstico -al estilo de Ever Banega el joven jugador argentino contratado por el Valencia- y si saben la dirección de Jennifer Aniston hacerle una oferta, aunque el problema está en que la actriz norteamericana quiere que su hijo sea inteligente y con personalidad.