Cuando el presidente de la Generalitat era Jordi Pujol, una de las normas no escritas de su actuación era dar el máximo rango y relevancia a la Casa Real. Pujol llegó a abroncar a responsables de medios afines por editoriales poco elogiosos hacia Juan Carlos I.
Con el gobierno de José Montilla no existe este miramiento. El martes por la tarde el Principe Felipe y su esposa doña Leticia presidieron en Barcelona un acto en la escuela de negocios ESADE que conmemoraba su 50 aniversario. Ningún consejero asistió al acto. Montilla, más o menos a aquella hora, estaba casi a 300 kilómetros, en Sant Carles de la Rápita observando la subasta de pescado y luego visitando el ayuntamiento.