Bardem, ganador del Globo de Oro por su interpretación de asesino en la última película de los hermanos Coen, recogió su premio en la ceremonia que tuvo lugar en Los Ángeles y que se considera la antesala a la gala de los Oscars prevista para el 24 de febrero.
Por su parte, el gremio de guionistas de Hollywood permitió a sus miembros que participaran en la celebración de la ceremonia y afirmaron que no protagonizarían protestas de ningún tipo fuera del recinto porque los actores "han sido grandes aliados de los escritores en su lucha por conseguir que mejoraran sus condiciones de trabajo".
La huelga que mantienen los guionistas amenaza a la celebración de los Oscars considerada como el mayor evento de la industria del cine, aunque aumenta la posibilidad de que se resuelva el conflicto tras las reuniones mantenidas entre el gremio de guionistas y los estudios más importantes.