INCERTIDUMBRE HASTA EL ÚLTIMO MINUTO
Con el segundo debate, ayer, la hora final. Sólo cinco días para saber cómo se conducirá una Legislatura más o menos coincidente con la previsible duración de la crisis económica. Ningún actor sensato de la actividad económica o empresarial toma en serio eso de que en 2009, es decir, a un año vista, estaremos iniciando el repunte. Los optimistas apuntan a 2011 como fecha en la que podrían llegar los primeros indicios de recuperación. Los pesimistas, es decir, los optimistas bien informativos, los difieren a 2012. Así que viviremos las angustias, incertidumbres y agobios de la crisis bajo el gobierno que salga de este próximo domingo 9 de marzo. Nada menos. Las apuestas están 5 a 3 a favor de que el PSOE consiga segundo mandato para un Rodríguez Zapatero que ayer no consiguió hilvanar argumentos no ya convincentes, sino simplemente coherentes, pero que ha llevado hasta el fondo su estrategia de la tensión y la crispación. Nadie se atreve a dar por cerrado el abanico de posibilidades. Como los pobres ya no tenemos encuestas, este Off The Record ha seguido dando la lata a los augures locales, los seis o siete sociólogos, de cualquier ideología, con fama de calidad y rigor profesional, y damos sólo aquellos elementos en los que son coincidentes. Se mantienen los parámetros de los últimos días: a) la mayor participación beneficiaría las expectativas del PSOE, pero no hay signos seguros de que la participación vaya a superar la de 2004. b) ninguna encuesta sitúa al PP por delante del PSOE. c) la “bipolarización”, esto es, la concentración del voto en los dos grandes partidos a costa de las minorías, también favorece al PSOE, pero no resultan convincentes los pronósticos de retroceso del voto de IU, CiU, PNV y BNG. d) los pronósticos por encima de 4 puntos de ventaja del PSOE son voluntaristas y poco creíbles. e) subsiste el hecho de que una ventaja corta del PSOE en votos, por debajo de 2 puntos, mueve muchos escaños marginales y podría traducirse en una pequeña ventaja del PP en escaños. f) prácticamente descartada la mayoría absoluta, nadie duda que un resultado de mayor minoría distinto en votos y en escaños podría generar “turbulencias” políticas aún más intensas que las financieras que anuncian la crisis económica.
UN DRAMA CON MUCHAS CABEZAS EN JUEGO
Y sólo seis días para “el día después”. Un importante político con muchos años de experiencia de partido y de poder dice a este Off The Record que nadie puede pensar en serio que el resultado del 9-M sea impune dentro de los partidos, de los dos grandes y también de los pequeños. Es obvio que Rodríguez Zapatero no sobreviviría en el liderazgo socialista a la pérdida de la mayoría y convertirse en el primer presidente de la democracia sin ganar claramente su segundo mandato. No es probable que suceda, pero que el riesgo subsiste se nota en la extrema crispación verbal y gestual de sus últimas comparecencias. Y sería probablemente injusto, pero tampoco sobreviviría fácilmente el liderazgo de Rajoy a perder por segunda vez, y en esta ocasión sin 11-M, unas elecciones generales, porque habría quedado sentenciado que sin “giro al centro” no hay alternativa. Serían también muy intensas las “turbulencias” en el nacionalismo catalán si CiU retrocediera en escaños, como se asegura desde los cuarteles generales socialistas de Ferraz, pero no comparten los sociólogos consultados por este Off The Record. Si sucediera, Jordi Pujol tendría que echar mano de su auctoritas, y lo haría sin duda en defensa tanto de Artur Más como de Durán i Lleida. Por otra parte, un Gobierno con mayoría muy limitada o muy condicionada no estaría en condiciones de afrontar los dos grandes desafíos inmediatos: a) el económico, no sólo de manejar la crisis y templar sus efectos, sino de preparar adecuadamente el sistema financiero y productivo, mediante las reformas estructurales precisas, para llegar en condiciones de aprovechar al máximo la siguiente fase de recuperación del ciclo, se produzca en 2012, antes o después. b) el político de impedir, dentro del marco constitucional y legal, pero también sin crisis de Estado, la plena determinación de Ibarretxe de plantear en octubre de este mismo año la consulta soberanista, para lo que es indiferente en términos prácticos, pero necesario en el escenario político, que el PNV avance o por lo menos, no retroceda, en escaños de diputados nacionales.
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