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En Venezuela se padece escasez, hambre e inseguridad

En Venezuela se padece escasez, hambre e inseguridad

lunes 10 de marzo de 2008, 01:43h

En un trabajo de Freddy Campos para el diario El Nacional de Venezuela, este periodista brinda una panorámica de la realidad que atraviesan los venezolanos a la hora de querer comprar alimentos y productos necesarios para la dieta diaria.

 

Harina de maíz, harina de trigo, avena, granos, caraotas, pollo, leche, carne de res, huevos, pasta, aceite, atún, café y otros productos han mostrado al menos desde el año pasado períodos más o menos largos de escasez en diferente intensidad. Un simple recorrido entre los puestos del mercado de Quinta Crespo, uno de los más populares de la capital, deja en evidencia en el video anexo a este texto los productos que más echan en falta los comerciantes y consumidores, entre los que destacan muchos de los arriba mencionados.

Dos voceros de sectores alimenticios consultados al respecto confirman la existencia de la problemática y coinciden en señalar el aumento del consumo en el mercado internacional como uno de los factores de mayor incidencia.

El caso de los lácteos

Uno de los rubros más sensibles sujeto a la escasez, sino el que más, ha sido el de la leche, tanto en polvo como líquida. El control de precios, la caída de la producción interna y las dificultades para abastecerse en el mercado foráneo ante el incremento del consumo han sido algunas de las causas citadas hasta los momentos.

Teresa López, directora ejecutiva del gremio de importadores de leche y sus derivados (Cavelacteos), indica que la búsqueda del producto en los mercados internacionales –solución más directa para paliar su falta- no ha sido fácil.

En primer lugar, grandes productores como Nueva Zelanda, Australia y Holanda deben cubrir primero sus cuotas internas de producción para comercializar luego el excedente a través de la exportación. Por otra parte, la producción de Argentina ha mermado en 3,44% entre 2006 y 2007, según precisa.

López explica que antes de 2006 los importadores enviaban una notificación al Ministerio de Alimentación sobre las cantidades de leche que sería preciso importar. Desde hace un año no se cuenta con esa anticipación y ahora los importadores literalmente están cazando las oportunidades en el ámbito internacional.

“China se nos adelantó y hay países también a la espera de la poca leche que haya, y van por delante”, expresa con preocupación. El impasse con Colombia se constituyó en un obstáculo para implementar acuerdos con productores colombianos que estuvieron de visita en el país, si se trata de mirar al proveedor más cercano.

Entretanto, los precios se incrementaron de 4300 dólares por tonelada en diciembre a 4800 dólares por tonelada en los actuales momentos. Aparte de esto, se detectó el cobro de un sobreprecio en la leche proveniente de la empresa argentina Sancor, por el orden de 433 dólares por tonelada, lo que significa un perjuicio adicional al país.

No es optimista la vocera de los importadores de leche ante este panorama, prefiere no precisar una fecha para la normalización del abastecimiento al mercado venezolano y cuestiona la efectividad de medidas oficiales como la implementación de una taquilla de pago a la vista, herramienta que –según puntualiza- ya se encontraba disponible en la legislación venezolana desde 1999.

Asotrigo desmiente

El caso de la escasez de harina de trigo, a diferencia de la coyuntura respecto a otros productos, responde a causas que podrían estar en la cadena de distribución, de acuerdo con la Asociación de Molinos de Trigo, Asotrigo.

El presidente de la organización, Alirio Pérez Román, asegura que “hay una matriz de opinión de que hay escasez de harina y yo tengo que decir que eso no es verdad”.

“La única harina que pudiera estar en déficit es la harina familiar, la que se vende en los supermercados, que no representa sino 3% de la producción”, aclara.

El grueso de la producción de los molinos nacionales va a las panaderías, donde no se registró escasez, pero sí presión de los precios a causa de un incremento “explosivo” del 300% entre noviembre de 2007 y el presente.

“Algo debe estar pasando en las cadenas para que la harina no esté en el anaquel. Puede ser el transporte, la gente hace compras nerviosas en lugar de comprar lo que necesita. La producción no se puede duplicar tan sencillamente de una noche para la mañana”, analiza Pérez Román.

En un tema paralelo, el de la pasta, que también se surte de esta misma fuente, el vocero empresarial indica que hubo una afectación especial por la subida del precio de la materia prima, debido a la utilización de trigo tipo “durum”.

Como solución provisional, los fabricantes de pasta han optado por utilizar una mezcla de harinas que incluirá arroz y maíz, pero que seguramente afectará la calidad del producto final.

Las panaderías se llevan alrededor de 73% del trigo disponible en el país, hasta 7% se dedica a la fabricación de galletas y entre 23% y 24% se destina a los productores de pasta.

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