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Cooperación internacional en la UE

Cooperación internacional en la UE

lunes 10 de marzo de 2008, 15:11h
Este artículo lo escribo por el derecho que le asiste a “todo ciudadano europeo a participar en la vida democrática de la Unión, según el Tratado de la Unión Europea. Texto Consolidado, firmado en Lisboa el 13 de diciembre de 2007 (art. 8 A – 3, Y también, por considerar solo disponemos de un plazo de dos meses y medio para reaccionar y evitar el grave problema que puede plantear el Referéndum de Irlanda, en el caso de que fuera negativo, por ser precisa la unanimidad para la buena marcha del Proceso Político de la Integración Europea. Sería romper por segunda vez el espíritu de Cooperación Internacional y de solidaridad entre sus pueblos, dentro del respeto de su historia, su cultura y sus tradiciones, que mueve a los países europeos desde el Tratado de Roma de1957, para lograr todos juntos el mismo fin de crear una Unión Europea con una estrecha cooperación entre sus pueblos, en la que las decisiones se tomen de la forma más abierta y próxima posible  a los ciudadanos, de acuerdo con el principio de subsidiaridad.

Como es sabido, ante el No de Francia y Holanda al Proyecto de Constitución, nos encontramos en la fase de ratificación del “Tratado de la Unión Europea” y del “Tratado de Funcionamiento en la Unión Europea,” firmados en Lisboa por el Consejo Europeo el 13 diciembre del 2007.  Ambos Tratados, que no sustituyen a los anteriores  como lo hacía el proyecto de la Constitución, tienen el mismo valor jurídico y en los dos se fundamenta la Unión Europea, que sucederá a la Comunidad Europea. Está previsto que la ratificación sea por vía parlamentaria, salvo Irlanda que por su Constitución debe hacerlo en Referéndum. Estará terminada en el 2008 y entrará en vigor el 1 de enero de 2009.

Pero recientemente ha surgido un serio peligro que puede detener de nuevo el Proceso de Cooperación Internacional y de integración política de Europa. Se trata de Irlanda.

El Referéndum tendrá lugar el próximo 18 de mayo de 2008, y ya llevan meses los euroescépticos realizando una intensa campaña para que Irlanda vote No al Tratado. Intereses económicos les llevan a volcarse en esta denominada “Batalla del Tratado”. 

Los ciudadanos europeos sabemos que los euroescépticos se esfuerzan en conseguirlo y al parecer utilizan todo tipo de presiones y han lanzado el mensaje de que si gana el Sí, Irlanda se verá invadida de bandas criminales de ciudadanos del Este, que pueden perturbar la vida de los irlandeses. Si bien es un argumento carente de sentido, por estar ya Irlanda en la Unión Europea y estar establecida la libre circulación de ciudadanos y mercancías, puede haber algunos irlandeses que lo ignoren y el mensaje les impacte.

Esta precoz alarma me recuerda cuando en 1986, España entró en la Comunidad Económica Europea (CCE), a pesar de la oposición de la Sra. Margaret Tacher, entonces Primer Ministro británico. Esgrimió el argumento de que los empobrecidos españoles iban a ir masivamente a trabajar a Gran Bretaña, cosa que no ocurrió. Los políticos se equivocan con no poca frecuencia. Ahora nos solicitan enfermeras españolas por su alta calidad.

Como Ciudadano europeo quiero lanzar un GRITO DE ALARMA ante esta grave situación y que las altas autoridades de las Instituciones Europeas   estén trabajando activamente para ganar la denominada “Batalla del Tratado”. Los signos externos de la campaña ofrecen razonables dudas de que la actividad a favor del SI  sea igual de intensa que su oponente.

    El Referéndum de Irlanda no es igual que el de Maastricht de 1992 que planteó la adaptación del Euro. Los países que no quisieron incluirse en su área, Gran Bretaña y Dinamarca, están fuera y se incorporaran cuando lo crean conveniente. Pero el Tratado siguió su marcha, después de un gran susto. Dinamarca votó NO por no entender los ciudadanos el farragoso texto, y hubo que repetir el Referéndum para lograr el Sí.

El Tratado de Maastricht  era “perfectamente ininteligible” para los ciudadanos: comprendía tres Tratados en uno. Estaba redactado por políticos y expertos, para políticos y técnicos interiorizados en el tema, pero no para ser entendido por los ciudadanos. Los defectos de Forma   eran extraordinarios. La numeración un galimatías, no utilizaba la Norma ISO 2145/1978, para señalar divisiones  y subdivisiones de capítulos y subcapítulos. Creada solo cuatro años antes del Tratado era desconocida por los legisladores. El resultado negativo de los ciudadanos de Dinamarca fue lógico. No lo entendieron y votaron NO.

Con un espíritu de cooperación y con la finalidad de que el importante y trascendental Tratado de Maastricht por el que se crea la Unión europea, fuera “clarificado” y no ocurriera lo mismo con el siguiente de Ámsterdam (1997), investigué y publiqué artículos dando a conocer la situación desde el punto de vista de los Ciudadanos. Con “cooperación internacional”, logré que en el artículo 12 del Tratado de Ámsterdam figuren los “Cuadros de Equivalencias” con la actual numeración del Tratado de la Unión Europea y del Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea.

    Ahora, si la “Batalla del Tratado” la ganan los euroescépticos con el No de Irlanda, se detendría el Proceso de integración política por ser necesaria la unanimidad. La ratificación parlamentaria parece no presentará problemas por haber sido aprobado el texto en diciembre pasado. Ya lo han ratificado cinco Estados, entre ellos Francia.

Sin un texto consolidado la Unión Europea, como Sujeto de Política Internacional, no puede alinearse con éxito en las Relaciones Internacionales con los Estados–Continente,  como Estados Unidos, Rusia, China, India, Brasil. Es un gigante económico, el mayor Mercado Económico del Mundo, pero es un enano político sin una Constitución o Tratados que la sustituyan.

Como complemento de lo dicho, quizás convenga recordar que el proceso de la integración de la Unión Europea fue la mayor Utopía que circuló por los ámbitos internacionales en la década de los años 50, cuando los franceses Jean Monnet y Robert Schuman pusieron en marcha la idea de crear las Comunidades Europeas, con una finalidad inicial de carácter utópico en la época, es decir: Irrealizable. Pretendían que los franceses y alemanes superaran el reciproco odio almacenado durante tres conflictos: la Guerra Franco-Prusiana (1870 – 1871), la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918), ocho millones de muertos y seis de inválidos y en la Segunda Guerra Mundial (1939- 1945), con sesenta millones de muertos (52 más que en la anterior).

Ha pasado más de medio siglo y hoy la Utopía se ha convertido en realidad. Es prácticamente imposible que alemanes y franceses se enfrenten en un nuevo conflicto análogo a los referidos. La Utopía también ha cambiado de concepto. De un proyecto Irrealizable, ha pasado a ser un plan o proyecto optimista que parece irrealizable en el momento de su formulación, pero que puede convertirse en realidad. La llegada del Hombre a la Luna fue una utopía hasta el 20 de julio de 1969.

    Europa es un modelo de cooperación internacional en continua consolidación y ampliación. Hemos pasado de 6 miembros a 27 y existen Estados aspirantes en lista de espera.

    Los Tratados que jalonan fechas importantes del Proceso de logros y éxitos son: Tratado de Roma (1957), Acta Única (1986), Maastricht (1992), Ámsterdam (1997), Niza (2001), Declaración de Laeken (2001), Convención Europea (2002 – 2003), Conferencia Intergubernamental (2003 – 2004), Roma, la firma de Constitución (20 -10 - 2004), Ratificaciones y Referendos (2004 – 2006). El No de Francia y Holanda, produjo la detención hasta el actual texto consolidado del Tratado de la Unión Europea firmado en Lisboa (13 de diciembre de 2007) que se encuentra en periodo de ratificación.

Como vemos ha sido un Proceso iniciado en la década de los años 50 “sin prisa pero sin pausa” durante 60 años. El futuro para conseguir políticamente una Europa consolidada con el grado en que lo están actualmente los Estados – Nación que la integran, considero requerirá un análogo periodo de tiempo para consolidar también la relación de políticos europeos y ciudadanos europeos, hoy poco sólida.

No bastará con que los políticos lleven a cabo obras positivas de realizaciones consolidados en cada uno de los ocho objetivos del Tercer Milenio, que marcaron Naciones Unidas y que representarán un claro y beneficioso progreso, esto será “condición necesaria pero no suficiente”, ni tampoco, que declaren en el art. 1 del Tratado de Lisboa de 2007 su voluntad de gobernar lo más cerca posible de los ciudadanos.

    Será preciso que lo lleven a la práctica en los 27 países, y que los ciudadanos conozcan y aclamen públicamente a sus candidatos europeos, en campañas electorales semejantes en entusiasmo político, a las que ahora alcanzan la elección de los 27 gobiernos nacionales en cada uno de ellos. En ese momento podremos estar igualados políticamente con los ciudadanos de los Estados –Continente. 

La Unión Europea esta actualmente enfrentada a varios retos: Naturaleza  (Medio Ambiente, Cambio Climático y Desastres Naturales), la emigración, el terrorismo, los conflictos abiertos como Afganistán, Irak, Kosovo, etc. y al mismo tiempo lleva a cabo la consolidación política de su proceso de integración, detenido por el Referéndum negativo de Francia y Holanda en 2005 y puesto en marcha de nuevo en 2007 por el impulso de la canciller  alemana Ángela Merkel, que señaló: “Solo unidos podremos preservar en el futuro nuestro ideal europeo de sociedad, en beneficio de todos los Ciudadanos y los Estados de la Unión Europea”.

Sería penoso y lamentable, para los 500 millones de europeos actuales, que el posible NO irlandés dificultara afrontar eficazmente en 2009 los desafíos planteados. Pero somos optimistas ante la madurez política del pueblo irlandés que ya votó Sí al Tratado de la Unión Europea y al Tratado de su Funcionamiento, firmados en Lisboa en diciembre de 2007, y que ahora también los ratifique con otro Sí.

Contribuirán a que todos los Ciudadanos europeos puedan hacer  ya realidad los derechos que propone el art. 8 A del Tratado de la Unión Europea: “participar en la vida democrática de la Unión”.

    También ha contribuido a disipar mis temores la lectura del “Informe sobre el Tratado de Lisboa” (2007/2286/ INI) de fecha 20 de enero de 2008, con 101 páginas, que los eurodiputados de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Parlamento Europeo, Richard Corbett e Iñigo Méndez de Vigo, han presentado al Parlamento que lo aprobó. Dicho Informe tiene por finalidad incrementar la responsabilidad democrática y la capacidad de decisión con lo que los ciudadanos dispondrán de un mayor control sobre la actuación de la Unión  con una serie de mejoras, como la relativa a la legislación comunitaria que estará sujeta a un nivel de control parlamentario que no existe en ninguna otra estructura supranacional o nacional. Afirmar los valores, reforzar los derechos de los ciudadanos, aumentar la claridad, más eficacia, mayor cooperación leal para informar a los ciudadanos europeos de manera clara y objetiva, sobre el contenido del Tratado.

Esta valiosa aportación de los señores Corbett y Méndez de Vigo, que agradecemos, disipará dudas de los indecisos, incluidos los euroescepticos irlandeses, que con su voto afirmativo contribuirán a que todos los Ciudadanos europeos puedan hacer ya realidad los derechos que propone el art. 8 A del Tratado de la Unión Europea: “participar en la vida democrática de la Unión”.
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