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Un antiguo palacete en ruinas sirve de hogar a numerosos inmigrantes

miércoles 12 de marzo de 2008, 10:47h
Agentes de la Policía Municipal del distrito de Carabanchel procedían a «censar» y a identificar  a los dieciséis inmigrantes que «okupan» un antiguo palacete, hoy en ruinas, en el distrito de Carabanchel Alto.
Según informa este miércoles el Abc, no se sabe, a ciencia cierta, cuántos son los "sin papeles" que habitan, en condiciones infrahumanas, en este lugar. Ellos tampoco se explican muy bien. Apenas hablan español O simulan que no lo saben. Unos salen, otros entran. Muchos se van pero enseguida otros toman posesión del territorio. Los últimos "okupantes" de este viejo chalecito son unos siete senegaleses.

Miedo ante los agentes de policia
"¡Vete a la mierda. Déjame en paz!", escuchamos a una joven senegalesa gritar desde la terracita del edificio. Acaban de aparecer varios agentes municipales que acceden a la vivienda, de dos plantas y azotea, para tomar contacto con los inmigrantes y proceder a su identificación y control. "No, no vamos a desalojar. Para eso es necesaria una orden judicial. Sólo queremos saber cuántos hay y en qué condiciones están", dice uno de los agentes.

Los policías revisan las estancias. Intentan un diálogo con los inmigrantes que, por lo general, ya tienen cara de susto aunque se muestran tranquilos. La joven que gritaba desde la terraza se ha encerrado en su habitación. Los agentes le piden que abra. No quiere. "No podemos hace nada. Tiene derecho a su intimidad", asegura otro de los agentes.

Pathe tiene 29 años y sí conoce algo de nuestro idioma. Lo justo para hacerse entender. Explica que llegó hace algunos meses en cayuco a Canarias. "De allí nos trajeron a Madrid. Y nos soltaron. No tengo trabajo. A veces, hago reparto de publicidad pero eso no me da suficiente dinero para vivir". A su lado, otro joven senegalés cuenta que él "desembarcó" en la isla del Hierro.

Cada uno tiene su vida
Los agentes municipales inspeccionan todo. Incluso una especie de buhardilla donde también duermen varios inmigrantes. Les invitan a salir y lo consiguen. Se comprueba que muchos de ellos carecen de documentación. Se intenta abrir otras puertas que están cerradas. "No hay nadie. Está trabajando", asegura uno de los jóvenes africanos.

En la casa hay grietas, humedades y suciedad. Los mugrientos colchones se amontonan por todas las habitaciones. Los inmigrantes guisan en el rellano de la segunda planta. También hay ropa tendida por cada rincón.

Janenona Jayakody, una anciana de Sri Lanka tiene el permiso de residencia en regla. Lleva quince años en España. Su carné dice que está autorizada a trabajar. De hecho, asegura que ha sido empleada de hogar aunque ahora está sin trabajo y cobra una pensión de doscientos euros. "Eso no me da para pagar una vivienda. Por eso estoy aquí. De todas formas, un africano nos cobra 150 euros al mes. No sabemos mucho más de él. Sólo viene a por el dinero", explica Janenona. "La casa no es del africano, pero hace su negocio desde que el dueño murió", añade la anciana.
Cuentan los agentes municipales que este palacete tiene dueños. Parece que su propietario falleció pero que quedan herederos.

Los inmigrantes que, en estos momentos, "okupan" el 52 de la avenida de Carabanchel Alto sospechan que no estarán aquí por mucho tiempo. No es lo que hubieran soñado pero, por lo menos, están a cubierto. La mayoría son jóvenes de no más de veinticinco años. Menores no parece haber ninguno.
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