El Índice de Precios al Consumo (IPC) subió en el mes de diciembre un 0,3%, lo que deja la tasa interanual de inflación en el 2,7%, una décima más que en noviembre, pero un punto por debajo del nivel de diciembre de 2005.
Según los datos hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación subyacente, que excluye del cómputo los alimentos frescos y los productos energéticos, cerró diciembre en el 2,5%, una décima menos que en noviembre y lejos del 2,9% de diciembre de 2005.
La subida del IPC afectará en especial a aquellos trabajadores cuyo contrato incluya una cláusula de revisión salarial por la modificación del Índice de Precios, en cuyo caso esta subida se aplicará de forma automática. Desde el Gobierno destacan el descenso de la inflación subyacente, así como la reducción del diferencial de inflación con la zona euro.
En diciembre se produjo un importante descenso de los precios de aceites y grasas, que han permitido reducir la tasa subyacente, mientras que ha habido estabilidad en energía y servicios. Los alimentos no elaborados siguen siendo el componente más inflacionista del IPC, aunque reducen sus crecimientos.
Según adelantaba el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), publicado a finales de diciembre, la inflación cerró el pasado ejercicio en el 2,7%.
Esta estimación, un indicador orientativo previo al definitivo, sirve a Eurostat para incorporarla al cálculo del índice de inflación en la Unión Europea y que tanto la oficina estadística de la UE como el Banco Central Europeo ofrezcan datos equiparables en tiempo y calidad a los que se publican en EEUU. Si Eurostat confirma el 1,9% de la eurozona, el diferencial se situaría en 0,8 puntos, su nivel más bajo desde abril de 2004.