Los ‘hooligans’ de la moto

Una cosa son las competiciones motociclistas, espectáculo de serenidad, técnica y belleza, y otra el ‘espectáculo’ que ofrecen algunos asistentes a los grandes premios, como el de Jerez. Primero, porque algunos convierten el viaje por las carreteras españolas en una antesala de la carrera, como si estuviesen participando en la competición; algunos se dejan la vida en esta absurda imprudencia. Segundo, porque su comportamiento se asemeja al de los peores ‘hooligans’ británicos en el futbol. Las imágenes llegadas de Jerez el sábado por la noche hablan de altercados, borracheras, peleas, desafíos a la policía –que hubo de emplearse bastante a fondo--, grosería, malos modos y comportamientos bastante horteras. Claro que no todos, ni la mayoría, de los ciento treinta mil espectadores del GP de Jerez, al que asistió el Rey Juan Carlos, comparten esta conducta. Pero sí algunas decenas, puede que hasta un centenar, de ellos. Y eso ni beneficia a este deporte, ni al mundo de la moto, ni a la imagen de España.