Encuentros con la realidad

Susto, camarita. Él, cual Colón humanista y libertario, descubrió recién el pasado domingo, después de casi dos lustros en la cúspide -y no del cerro, precisamente- que su ¿bien? querida Guaraira Repano está que revienta de ranchos de cartón. ¡Qué molleja, Alí Primera! ¿Será porque Él nunca detectó esa realidad que su régimen, inepto y corrupto como ningún otro, mantiene una deuda casi tan grosera como la deuda externa nacional en lo que respecta a la construcción de "viviendas dignas" para reubicar al soberano?

Con los ingresos petroleros más altos de la historia -casi 700 mil millones de dólares en 10 años- ¿cuántos complejos habitacionales dotados de parques, escuelas, canchas deportivas, áreas comerciales y recreativas, centros de salud y otros servicios básicos ha debido-podido construir esta "revolución" trasnochada, farsante, cotorrera, ladina y desmañada?

Seguro que muchísimos. El país debía estar hoy sembrado de nuevas urbanizaciones y comunidades debidamente asentadas, bien organizadas y mejor dotadas. De haber construido 100 mil casas por año -incluso Él prometió más- habría un millón de ranchos menos, es decir, habría un millón más de compatriotas dignificados en sus respectivas viviendas formales.

En lugar de ello esta "revolución" forajida y rapaz ha sembrado el paisaje nacional, pero de cruces, que agudizan el dolor e indignación de una sociedad encorajinada por los aproximadamente 90 mil compatriotas caídos víctimas de la delincuencia desatada y permitida durante este régimen. Con su torpeza y desidia ha plantado en el alma de los venezolanos la desazón, el desengaño, la desesperanza, el menosprecio y la exasperación.

Si Él, que todo lo sabe, todo lo puede, todo controla y todo lo dispone tardó dos lustros en enterarse de la expansión de las invasiones, la miseria y la ranchificación del país, que dicho sea de paso, Él alentó y amparó, cuánto más tardará en darse por enterado del brutal incremento de otros flagelos que están colmando a la sociedad venezolana: desempleo, buhonería, desabastecimiento e inflación, entre otros. Cuántos años más pasarán para que reconozca la fuga de talentos al exterior y el avanzado estado de deterioro de hospitales, escuelas, carreteras y del resto de la infraestructura del país.

¿Querrá percatarse de las muchas protestas populares de todo tipo (son contigo), algunas de las cuales mantienen paralizadas empresas en distintas zonas del país? ¿En algún momento reconocerá que el país le dijo NO a su intento inconstitucional de perpetuarse en el poder para avanzar en la implantación de una autocracia personalista, estatista, retrógrada, totalitaria, fascista y militarista que ha fracasado en todos los ámbitos? ¿Cuándo reconocerá que aumenta el malestar y se agota la paciencia del soberano? Preparen paraguas porque viene lluvia.

Miguel Sanmartín
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