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Elecciones en Italia

Habrá debate televisado pero Berlusconi no acudirá

Habrá debate televisado pero Berlusconi no acudirá

lunes 07 de abril de 2008, 16:13h
Habrá un debate en televisión de los candidatos a primer ministro en las elecciones del 13 y 14 de abril, pero Silvio Berlusconi, candidato del Pueblo de la Libertad (centro-derecha), y favorito a ganar las elecciones, anunció que no participará. El debate -de 90 minutos de duración en directo- se transmitirá el viernes, último día de campaña electoral, y será moderado por el más famoso pperiodista del país, Bruno Vespa.
A las elecciones generales italianas concurren 32 listas, de las que quince presentan candidatos a presidente del Gobierno. Así que el debate va a ser difícil de organizar. Y quedará oscurecido por la ausencia del candidato favorito, que en lo más duro de la campaña electoral tiene tiempo para ocuparse del equipo de fútbol del que es dueño y anunciar: 'Ficharemos a Ronaldihno para el Milán'.

"No participaré, absolutamente no, creo que es algo absolutamente contraproducente para aquellos que participen", dijo Berlusconi en la noche del viernes, cuando respondió a los periodistas que le preguntaban si pensaba intervenir en el debate televisivo. Será una pena no ver a don Don Silvio en directo, pero podemos consolarnos con una selección de sus 'gags' más famosos, de sus 'battute' -como se dice en italiano-.

Será en el segundo canal de la televisión pública italiana RAI entre todos los aspirantes a la presidencia de gobierno y se ha anunciado que tendrá lugar aunque uno o más candidatos no se presenten a la cita. La comisión precisó además que el candidato a primer ministro no podrá designar un sustituto. En virtud del reglamento de la comisión de Vigilancia, en el debate podrán hacer preguntas también periodistas que no pertenezcan a la televisión pública.

Italia afronta esta semana la recta final hacia las elecciones generales en las que se eligirán los miembros del Parlamento, que son 618 en la Cámara de los Diputados y 309 en el Senado. En base a la legislación italiana, están llamados a votar un total de 47.295.978 italianos, todos ellos mayores de 18 años, que decidirán la futura composición de la Cámara, mientras que sólo 43.257.208 de ellos (los mayores de 25) tendrán derecho a voto en el Senado. En cuanto a los italianos residentes en el extranjero con derecho a voto, serán 2.812.400 para la Cámara y 2.531.560 para el Senado. De ellos dependerá la elección de doce diputados y seis senadores, que podrían llegar a ser decisivos para el resultado final en caso de empate entre los dos grandes partidos, tal y como sucedió en las anteriores elecciones de 2006. Además de las elecciones generales, los próximos 13 y 14 de abril también se votarán los gobiernos de ocho provincias y 426 municipios -entre ellos, Roma y otras ocho capitales de provincia--. Además, se elegirán los nuevos gobiernos de las regiones de Sicilia (Sur) y Friuli Venezia Giulia (Norte).

Según las últimas encuestas publicadas el pasado viernes -último día en que se permitieron los sondeos- la ventaja de Berlusconi sobre Veltroni sería de entre 6 y 9 puntos. Aun con todo, la atención mirará irremediablemente al Senado, que por su peculiar tipo de votación, podría dar lugar a un empate.

En cuanto a los demás partidos, sólo hay dos con posibilidades de atraer a un número consistente, aunque bajo, de electores. Los democratacristianos que lidera Pierferdinando Casini y la Izquierda Arco Iris de Fausto Bertinotti. Ambos son antiguos aliados de Berlusconi y Veltroni, respectivamente, a quienes están dando batalla desde que empezó la campaña. En el caso de la Izquierda Arco Iris, que agrupa a comunistas y ecologistas, una de sus constantes ha sido el lema de 'En España Zapatero, en Italia Izquierda Arco Iris', el partido de los comunistas ha inspirado su programa político en el del PSOE español, principalmente por lo que respecta a la defensa de los derechos civiles.

La aparente novedad de estas elecciones es que casi todos los partidos son nuevos, al menos por lo que respecta a su nombre y siglas, aunque en realidad, todos ellos son una especie de refrito de formaciones que ya existían. Lo que sí ha cambiado con respecto a las pasadas elecciones es el modo de presentarse, que ya no tendrá lugar en forma de grandes coaliciones sino a través de partidos, más o menos constituidos como tales. El punto de arranque fue la creación del Partido Democrático (PD), la fuerza que nació de la unificación de los dos principales partidos del centro-izquierda. Su fundación rompió decididamente la tendencia a la formación de pequeños partidos, que conduce a la imparable fragmentación política y a la incapacidad de los Gobiernos italianos de mantenerse en pie durante una legislatura entera, tal y como ha evidenciado la reciente caída de Romano Prodi. Además, la decisión de su líder, Walter Veltroni, que prefirió presentarse en solitario a las próximas elecciones, desencadenó un dominó de reacciones en el resto de partidos y principalmente centro-derecha, cuyo líder, Silvio Berlusconi, consiguió el apoyo de la segunda formación de esta coalición, para formar un partido conjunto, el Pueblo de las Libertades (PDL).

Pero a pesar de su decisión de romper con las alianzas y presentarse a las próximas elecciones al frente de formaciones unificadas, ni el PDL ni el PD se ven libres de amenazas de división. En el primer caso, por la naturaleza misma del partido, que ha nacido deprisa y corriendo ante la inminencia de los comicios, y en el segundo, por la oposición a Fini en los sectores más liberales.

Silvio Berlusconi, amenazó el viernes con dejar la política si no triunfa en las elecciones del 13 y 14. "Si esta vez no me dejan gobernar el país, lo dejo y me voy a casa, ésta es la última oportunidad para cambiar Italia". El ex primer ministro (1994-95 y 2001-06), de 71 años, afirma que será necesaria "una amplia mayoría" para gobernar, pero se mostró confiado en la ventaja que le otorgaban las últimas encuestas. Según los sondeos, el partido de Berlusconi, Pueblo de la Libertad (PDL), obtendría cerca del 40 por ciento de los votos, con una ventaja de entre 8 y 10 puntos porcentuales sobre el Partido Democrático (PD) de Veltroni, actual alcalde de Roma.

Precisamente, Veltroni respondió el viernes a una serie de acusaciones en su contra lanzadas en los últimos días por Berlusconi, quien aseguró que su rival para ocupar el cargo de jefe de Gobierno "deja un desastre" tras su paso por la alcaldía de la capital italiana. El líder de centroizquierda, de 52 años, dijo en relación al partido de Berlusconi que "ellos ya han gobernado y nadie recuerda ningún período de cambio; es más, la situación empeoró a causa del incremento del déficit y la deuda", acusando a su rival de haber aumentado el déficit durante sus anteriores mandatos.

El líder del PD se comprometió el viernes en un acto de campaña en Nápoles a luchar contra "la camorra y la mafia para desarraigarlas de la vida de estos pueblos. Si un candidato a primer ministro no se propone esto es que no desempeña hasta el final su papel". Veltroni, que empezó apostando por los jóvenes y comprometiéndose en la lucha contra la precariedad laboral, ha hablado de combatir el exceso de burocracia con la eliminación de unas 5.000 leyes. y en tierras napolitanas  declaró una vez más la guerra a la mafia.

Berlusconi anunció, en un mitin de su formación celebrado en Nápoles, que si gana las elecciones sus primeros consejos de ministros tomarán medidas "duras e impopulares" y prometió acabar con la crisis de las basuras. Por ello, proclamó la necesidad de "un amplio consenso que asegure buenos números tanto en la Cámara (de Diputados) como en el Senado". El líder conservador también señaló que la primera medida de su Gobierno será la abolición del Impuesto de Bienes Inmuebles (ICI). El 'leitmotiv' elegido por Berlusconi ha sido la disminución de la presión fiscal, con la que el Gobierno Prodi ha 'estrangulado' a las familias italianas, hasta tal punto de que 'no me extrañan' que haya evasión, llegó a declarar, palabras que más tarde tuvo que rectificar ante las encendidas críticas que le dirigieron sus adversarios.

En cuanto a la crisis de Alitalia, la compañía aérea de bandera sobre la que se ciernen serias amenazas de quiebra, hace unas semanas Berlusconi se manifestó en contra de las negociaciones con Air France-KLM y empezó a hablar de la existencia de un consorcio de empresarios italianos interesados en la compra de la compañía. Ahora, el reciente abandono de las negociaciones por parte de la franco-holandesa ha dado lugar a que se le pida que revele los nombres de su supuesto consorcio y se lr recrimina la 'irresponsabilidad' de haber 'instrumentalizado' la negociación haciéndola fracasar.

Berlusconi se comprometió a que el primer consejo de ministros se celebrare en Nápoles, que será donde el presidente del Gobierno tendrá 'una sede operativa' hasta que se ponga en marcha 'una solución al problema de las basuras'. Así, explicó que ha consultado la Constitución y que el Gobierno seguirá teniendo su sede en Roma, pero que es posible trasladar 'ocasionalmente' el Consejo de Ministros a otra ciudad como lugar de trabajo.

Berlusconi había reiterado previamente en Roma su convencimiento de ganar las elecciones y que todos los sondeos de que dispone dan a su formación entre 8 y 10 puntos de ventaja sobre el Partido Demócrata de Walter Veltroni, así como aseguró que 'no habrá empate en el Senado', si no hay 'fraudes'. Debido a la actual ley electoral, aprobada por el anterior gobierno de Berlusconi, el actual Ejecutivo saliente de Romano Prodi, logró en la Cámara Alta sólo dos escaños de ventaja, lo que al final supuso su caída.
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