13-E: Ecuatorianos de bien

En el fragor de la batalla desencadenada por algunos medios de comunicación para desalentar el éxito de la manifestación del día 13, una periodista publicaba un artículo titulado “Ecuatorianos de m ...” Parece mentira que periodistas afincados en medios de comunicación dependientes de la Iglesia católica se alimente una crispación política guerracivilista que no tiene empacho alguno en jugar con la xenofobia y el racismo hasta el límite de descalificar a un pueblo de bien que acude a una manifestación para expresar el dolor y la solidaridad con dos compatriotas asesinados en un atentado terrorista de ETA.

En Madrid viven ya 950.000 personas extranjeras empadronadas. Suponen el 15,24 por ciento de la población madrileña. La mitad de ellos vienen de América Latina. El 18,64 por ciento son ecuatorianos. Son una realidad, nuevos ciudadanos que han venido a trabajar y a convivir con nosotros. Nadie tiene derecho a insultar y descalificar a estas gentes de bien por el hecho de que, como ciudadanos y trabajadores, quieran salir a la calle para condenar el atentado de la T-4 de Barajas, rechazar el terrorismo, solidarizarse con las víctimas y sus familias, agradecer a los cuerpos de seguridad y de emergencias y urgencias su magnífica labor, y exigir unidad de la sociedad y de la política frente al terrorismo.

Anda Ecuador celebrando funerales y manifestaciones en memoria de Diego Armando y Carlos Alonso. Anda el pueblo ecuatoriano invistiendo a un nuevo presidente, Rafael Correa, que suscita las esperanzas de los pueblos indígenas, hasta el punto de que muchos gritan en las calles que “llegó el momento de los pobres”.  América Latina ha sido siempre una colonia de la potencia de turno. Primero España, luego Inglaterra, luego Estados Unidos. No han dudado en poner y quitar gobiernos, organizar golpes de estado, militarizar la vida, condenar a la pobreza a millones de ciudadanos y especialmente a los más pobres entre los pobres, los pueblos indígenas. El nuevo presidente representa esa voluntad colectiva de independencia, autonomía, desarrollo y final de una injusticia que ha pervivido durante siglos.

Ecuatorianos de bien que protagonizaron una impresionante manifestación, junto a miles de trabajadores, ciudadanos, organizaciones de inmigrantes, organizaciones de víctimas, más de 500 organizaciones sociales de todo tipo, en la que sólo faltaron quienes no quisieron estar.  Una manifestación cuyo lema “Por la paz, por la vida, por la libertad. Contra el terrorismo” es incuestionablemente asumido por cuantos sienten que estos valores son los que nos unen frente al terrorismo de ETA, frente a cualquier tipo de terrorismo.

Fue la hora de la unidad y Madrid supo vivirla intensamente. Esa impresionante manifestación de unidad no puede dejar indiferentes a quienes reciben los votos en las elecciones políticas.  La unidad de la sociedad debe animar a la reflexión, la serenidad y la sensatez de nuestros representantes políticos para encontrar el espacio de unidad política frente al terrorismo. No hemos querido explicitar las diferencias ante las estrategias para combatir el terrorismo. Son las fuerzas políticas las que tienen la responsabilidad de limar esas diferencias, una vez que unidos en el dolor los madrileños hemos expresado que somos un pueblo unido por la paz, la libertad, contra el terrorismo. Un pueblo unido que ama la vida.