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Lo de tod@s... para tod@s

lunes 05 de mayo de 2008, 11:06h
A  veces, ante una nueva noticia de una concesión de  contrato a una nueva fundación que no conozco, me puede la curiosidad y “buceo” en el Google, y agradezco a la técnica de internet y sus buscadores la información que me facilitan. No me sería del todo útil si a esa información no la aporto un poco de mi análisis ideológico.

Y en torno a esto estoy preocupada por algunos ejemplos  que estamos teniendo en la ciudad de Madrid con la cesión de la gestión pública a  fundaciones en dos materias: el empleo y la acción social.

Yo siempre pensaba que cuando un Ayuntamiento democrático gestiona el empleo, la neutralidad de su actuación estaría garantizada… pero contratos como los que existen con la Fundación Integra (cuya fundadora es Ana Botella)  y a la que tiene un gran cariño nuestra querida Esperanza Aguirre y Concepción Dancausa me hace comentaros mi alarma en este modelo.
El Ayuntamiento les cede una tarea apostólica a estas fundaciones: "Dar trabajo a quien lo necesita". Tras la rehabilitación de los sectores más marginales, ellos se encargan de tener su bolsa de empleo y negociar con empresas algún puesto de trabajo. ¡Caray con el modelo social!

Recordaremos todos que en los primeros años de ayuntamientos democráticos se plantea como modelo de trabajo municipal en el empleo, la puesta en marcha de Agencias de Desarrollo Local en los distritos para que sea el Ayuntamiento quien medie y promocione con su contribución con las empresas para el desarrollo industrial y productivo de sus barrios. Lejos queda esto, lejos porque ni siquiera algunos ayuntamientos han sido capaces de tener un Plan de Empleo para su ciudad.

En el caso de otras labores sociales, por ejemplo el voluntariado, son la Fundación Voluntarios por Madrid y  un programa con puntos de voluntariado en distritos los que tienen la tarea de informar, orientar y coordinar las peticiones de solidaridad de los ciudadanos.

Debería, pues, el Ayuntamiento hacer campañas de promoción para que los ciudadanos sepan dónde y cómo pueden ayudar a los demás. Sin embargo, grandes operaciones de captación de colaboradores para una organización del Opus Dei, como Desarrollo y Asistencia, contribuyen a que esta tarea de los ciudadanos de Madrid se haga en desigualdad  con la colaboración a un  clientelismo descarado de algunos gobernantes.

Que con nuestro dinero se subvencionen ideologías tiene un límite. Nadie debe apropiarse de las acciones  a las que contribuimos todos. Reivindicar  la aconfesionalidad en la acción pública es hoy una necesidad.

Milagros Hernández Calvo
Concejala del Ayuntamiento de Madrid y trabajadora social
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