Los panameños no renuncian a una vida de confort climático

Panamá tiene instalada una capacidad para generar energía eléctrica de mil 392 MW aproximadamente. Unos 573.40 MW corresponden a generación térmica y 770 MW a energía hidráulica, mientras que unos 48.5 MW son generados por la Autoridad del Canal de Panamá. Más del 14% de la población Panameña no tiene energía eléctrica en sus hogares.   Según la Comisión de Política Energética la demanda crece un 5.5 % por año. La máxima en la historia del sector alcanzó un nuevo récord de mil 57 megavatios. 

Según Dani Kuzniecky, Secretario de Energía, el dato no es alarmante, pero debería crear seria preocupación en los panameños, si se toma en cuenta que el nivel de los lagos de las principales hidroeléctricas está llegando a su capacidad mínima.  

Los consumidores tienen poca credibilidad en el sector energético, desde que fue privatizado a finales del siglo pasado, y al conocer que las hidroeléctricas fueron aprobadas para reducir la dependencia del petróleo y en Panamá toda la energía que se consume se vende como si fuera producida por las termoeléctricas.  

Kuzniecky advirtió que si no llueve pronto la crisis energética afectará el desarrollo actual que vive el país, principalmente los sectores de la construcción, la industria, los servicios y el comercio. Pero los panameños no tienen fe en las políticas energéticas y siguen encendiendo sus aparatos de aire acondicionado, dejando las computadoras en “descanso”, abriendo sus refrigeradoras para ver qué tienen adentro y dejando los aparatos de televisión encendidos mientras duermen.  

Panamá es uno de los países con mayor potencial hidráulico de la región, pero los ambientalistas hacen dura oposición, aduciendo que los proyectos no son amigables para el medioambiente y que afectan las regiones de mayor pobreza.