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Malinas, la ciudad de las mujeres

sábado 17 de mayo de 2008, 21:11h
Malinas es una de esas ciudades tranquilas de las que empaparse disfrutando de la naturaleza. Famosa por sus telas y sus carillones, disfruta del privilegio de ser una alternativa menos masificada para los viajeros que llegan a Bélgica y con muchos recursos culturales.

Fundada en 1008, Mechelen, o Malinas en castellano, era ya un núcleo de población importante que había sido objeto de incursiones normandas. Su principal acceso fue el río Dila, ya que la ciudad estaba fuertemente fortificada. Desde el primer momento, lo suyo fue una lucha contra los canales, a los que se les ganó desecando zonas y creando un canal artificial a las afueras.

Su característica más importante es la vida tranquila que viven sus habitantes y sus visitantes.

No es un lugar de ajetreos ni grandes concentraciones sino un punto para disfrutar de cosas tan simples y a la vez tan especiales como un almuerzo junto al río en un bonito restaurante o calles llenas de flores y plantas que estimulan los sentidos. Merce la pena comer el plato típico, conocido como el Cucú de Malinas y los panqueques con helado.

Sin embargo, tiene varios monumentos que la emplazan como un lugar de interés para los turistas. Junto a la plaza principal, se encuentra la torre de San Romualdo, un campanario de 97,28 metros de altura que es patrimonio mundial de la Unesco. El ayuntamiento de la ciudad es en parte el antiguo mercado del paño, tan famoso en el imperio español. La ciudad cuenta con la escuela de carillonistas más importante del mundo. Por la tarde, el habitual silencio del lugar se rompe con el solemne sonido de las campanas a lo lejos.

Zonas residenciales

Una de las zonas más interesantes (y caras) de la ciudad es la que circunda el Gran Beaterio, que se transformó en una zona residencial de lujo, que disfruta de una arquitectura bella, cuidada y solemne rodeada de plantas por todos los sitios. Cerca de allí, es visita obligada la fábrica de tapices y la de cerveza. Desde aquí conviene acercarse a ver la iglesia de San Juan, que contiene el lienzo 'La ofrenda de los Reyes Magos', de Rubens.

Malinas fue la ciudad de residencia de Margarita de Austria, de la Corte de Saboya, de la que fue gobernadora, en la que aún se conserva su palacio, de estilo renacentista. Fue una de las primeras mujeres mecenas de la ciudad, pero no la última. Muchas más la sucedieron hasta conseguir que el lugar haya sido denominado como 'La ciudad de las mujeres'.

 

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