Bachellet recibió el testigo del mandatario boliviano, Evo Morales, quien en realidad debía entregarle la presidencia de turno al colombiano Álvaro Uribe, quien declinó aceptarla por el conflicto que su país mantiene con Ecuador y Venezuela tras el ataque militar que Colombia lanzó contra un campamento de las FARC en Ecuador.
Al aceptar el cargo, la presidenta chilena instó a sus homólogos suramericanos a "poner el acento en la búsqueda de consensos" y a usar "toda la energía posible para colocar en marcha esta unidad", que le dará a Suramérica "la oportunidad de tener una voz fuerte y clara ante el mundo".
Bachelet calificó el tratado constitutivo de Unasur, suscrito hoy por los mandatarios, como "un paso histórico en la dirección correcta" para que "el Siglo XXI sea mucho mejor para nuestros pueblos de lo que fue el Siglo XX".
Citó estudios según los cuales el Producto Interno Bruto (PIB) de los países emergentes, entre los que incluyó a los latinoamericanos, representará en el 2040 más del 60 por ciento de la economía mundial, por lo que la región debe estar "lista" para enfrentar ese desafío.
"Queremos ser protagonistas", afirmó Bachelet, quien invitó a sus colegas a "seguir trabajando" en la línea ya trazada.
La mandataria elogió la propuesta de Brasil para la creación de un Consejo de Defensa Suramericano, "una iniciativa extremadamente importante" que deberá comenzar a ser debatida por los jefes de Estado.
También saludó el trabajo del Consejo Energético regional, del que dijo que espera "que se presenten los primeros resultados para una estrategia de seguridad energética suramericana" en el plazo más breve posible.
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