Se podrá llamar como se quiera: crisis , desaceleración, recesión, estancamiento, estanflación, enfriamiento de la economía o cualquier palabreja de esas técnicas que le gusta emplear al gobierno para maquillar una realidad evidente : que hemos entado en vacas flacas , que las familias están con el agua al cuello y que no hay sector que no se resienta de este tambaleo de nuestra economía que requiere una urgente actuación.
A mediados de semana el Instituto Nacional de Estadística certificó, solemnemente, lo que era un secreto a voces desde hace meses: que la burbuja inmobiliaria nos ha pillado con el paso cambiado y no se sabe el alcance de la misma. Se sabe , eso sí, que las operaciones de compraventa del mes de marzo fueron un 16 por ciento menos que el mes anterior y un 40 por ciento menores de idéntico mes en el 2007. Pero como las desgracias nunca vienen solas en este tema tan sensible, a los negros datos del paro -que ha crecido un promedio de 60.000 personas al mes desde octubre- se suma una inflación en los niveles mas altos de los últimos 13 años y un índice de precios al consumo con el dato mas elevado desde 1997 cuando se empezó a realizar la estadísticas.
El panorama no puede ser peor, mientras el "ministro de la cosa" se pone de perfil y no le importa asumir que, un día si y otro también, que se equivoca en sus predicciones. Dice un amigo mío, y no le falta razón, que cada vez que Solbes sale a la palestra parece un observador, un oyente, un tertuliano que ve los toros desde la barrera como si la cosa no fuera de su incumbencia y responsabilidad. El raca-raca que utilizan los miembros del ejecutivo para meter la cabeza debajo del ala es siempre el mismo: que la cosa nos viene de fuera, que España no tiene la culpa del imparable precio del crudo y que, por eso, es mejor esperar a que escampe el mercado internacional.
Ya pueden estar cayendo chuzos de punta que aquí no llueve, es que alguien está regando y no hay motivo de alarma. Al gobierno, disfrutando como está de su plácido "spa", al estar huérfano de oposición, hasta le da igual que la mayoría de los ciudadanos encuestados por el CIS vean que la situación económica es muy grave y estén convencidos de que la cosa empeorará próximamente , o que el paro se haya situado en el primero de nuestros quebraderos de cabeza.
Claro que sólo dos meses y medio después de haber llamado "antipatriota" a todo aquel que se atreviera a insinuar siquiera que España, " el pais de las maravillas" estaba en crisis, es muy fuerte y muy cínico admitir que todo fue una cuestión electoral, puro marketing político, para ir a la caza del voto. En esta política del "nunca pasa nada" se ha optado por el cruce de brazos como si no fuera una cuestión de urgencia tomar medidas estructurales para frenar la caída. Total ¡mal de muchos.... Ya se sabe!¡consuelo de tontos!
Si (
No(
