Im-presentables del martes, 10 de junio 2008

No es el momento adecuado: con una situación de crisis –y puede que entrando ya en recesión- en la economía española; con las hipotecas tan por las nubes que van a mandar a la sonda Phoenix para encontrarlas; con un paro que empieza a estremecer al españolito –y al inmigrante- medio-; con una huelga de transportistas y de pescadores porque no les llega ni para pagar el gasóleo; con una Unión Europea que olvida las luchas y los muertos por los derechos sociales y quiere implantar jornadas de 60 o de 65 horas semanales… con todo eso y más y resulta que Don José Bono, a la sazón presidente del Congreso de los Diputados, quiere conciliar la vida familiar y laboral de sus 350 señorías.

La propuesta la soltó Bono así, como el que no quiere la cosa, en la Junta de Portavoces: que los diputados trabajen en dos días lo que ahora hacen en tres. IU y PP se han rebelado inmediatamente. Pero los nacionalistas aplauden la iniciativa. Los horarios no van con los diputados.

Es verdad que no se trata de trabajar menos, pero resulta cuando menos impresentable que nuestras señorías –en este caso la señoría-presidente-de-las-señorías- hablen de rebajas de horarios, o de días laborables, aunque curren más en los días que les toque.

• Vea la noticia

Cinco años de cárcel para el juez que ordene escuchas


Berlusconi ya ni disimula... Para qué, si sigue consiguiendo mayorías absolutas en 'su' país. La última del 'Duce' ataca a magistrados y periodistas, es decir, da el golpe de gracia a la ley y a la opinión pública. El proyecto que se aprobará el viernes prevé  el castigo con cinco años de cárcel para el magistrado que ordene un pinchazo telefónico, cinco años para quien lo realice y para quien lo filtre, y otros cinco años para los periodistas que lo publiquen. Eso sí, dejará una vía abierta a la investigación del terrorismo y de la mafia, ¿pero caerán las mafias oficiales con blindajes como éste?

El teléfono de Aído para el maltratador

La propuesta estrella de Bibiana Aído, o al menos la que parece haber elegido como principal para su presentación ayer en el Congreso, ha sido un fiasco. El hecho de que haya presentado un teléfono para que los maltratadotes en potencia llamen y “canalicen su agresividad” ha generado muchas críticas en algunos sectores de la prensa. Y nosotros compartimos en parte sus argumentos, sin dudar, por supuesto, de la buena voluntad de la ministra y su equipo por buscar soluciones contra esta lacra de nuestra sociedad.

Tienen razón porque es un Ministerio, éste de Igualdad, totalmente innecesario, con escasas competencias y que parece que se ha convertido en el hazmerreír de los medios de comunicación. Lo último en lo que debe convertirse un departamento del Gobierno de la nación. Aído debe ganarse un respeto que parece difícil de lograr ante las dificultades que tiene para ello. Y más si genera chistes fáciles y es objeto de cuchufleta.

Porque… ¿se puede esperar realmente que sea el maltratador en potencia quien mueva antes ficha y llame, adelantándose al crimen? ¿No es una ingenuidad por mucho que la propuesta provengan de argumentos defendidos por psiquiatras y psicólogos expertos en el tema? Se nos precia más como una broma este teléfono y vemos difícil que pueda ser verdaderamente útil.