¿Y a todo ésto, que dicen los sindicatos?

Con la que está cayendo, y, en vísperas de iniciarse una mas que oportuna negociación con gobierno y empresarios, los sindicatos no parecen haber reaccionado ante una noticia trascendental que ha quedado relegada a un segundo plano por el "loock out" de los transportistas, empecemos a llamar a las cosas por su nombre.

   Me refiero, naturalmente, a la nueva normativa de la Unión Europea que permite una prolongación de la jornada laboral hasta las 65 horas semanales, casi el doble de la actualmente establecida en España. El ministro Corbacho puso el grito en el cielo cuando se empezó a discutir el tema que cuenta con el apoyo de "los grandes", Gran Bretaña, - menudo gobierno "laborista" el de Gordon Brown-, y Alemania. Pero no logró formar una mayoría de bloqueo que permitise el veto a la iniciativa. Ahora, la única esperanza es que el Parlamento de Estrasburgo, que algo tiene que decir en este asunto, la rechace porque si no, nos vamos a encontrar con una normativa, no ya regresiva, sino mas bien propia, tampoco del siglo XIX como se ha dicho, - recordemos a los mártires de Chicago y su lucha por la jornada laboral de 40 horas semanales-, sino de la Edad Media: vamos, la mas pura esclavitud.

   Uno, lo que echa en falta es un pronunciamiento radical de los sindicatos. Estos parecen dormir en el sueño de los justos. Y no me refiero a los españoles que desde que se fueron Redondo y Gutierrez no parecen levantar cabeza en materia reivindicativa, con un Fidalgo y un Méndez entregados a la causa "zapaterista". Este último con mas motivo porque logra colocar a algunos de los suyos en puestos mas o menos relevantes de la Administración, pero, el otro ya tiene delito.

   No, tampoco es para echar a los leones a los adocenados sindicatos españoles. Es que hace unos cuantos años se creó un tinglado sindical con vistas a lo que se avecinaba en Europa y ahora se ha hecho realidad. La CES, la Confederación Europea de Sindicatos, en otras ocasiones tan diligente, no ha dicho esta boca es mía. Calla y no convoca una jornada de lucha por algo que le compete como es la jornada laboral. ¿Que pasa en los burócratas de la Confederación?.

    Los tiempos han cambiado mucho. Pero las situaciones siguen siendo las mismas. se empieza por una jornada laboral abusiva y se termina eliminando el estado de bienestar social. Y eso sería acabar con el espíritu que originó el sueño de los viejos estadistas europeos al estilo Adenauder, Brandt o Palme. Un viejo continente unido con el objetivo común del bienestar y la prosperidad de sus ciudadanos. Se habría pasado, simplemente, de la Europa social a la Europa de los mercaderes, algo que se rechazó de plano cuando se empezó a parir el llamado "Espíritu de Maastrich".